de Paul Gadenne
El Cuenco de Plata, 2008
por Pablo Vinci
Me atrevo a poner en boca de Paul Gadenne algunas palabras de Marc Chagall “Para mí, una pintura (o un texto de ficción) es una superficie cubierta con representaciones de cosas -objetos, animales, seres humanos- que guardan un cierto orden en el que la lógica y la voluntad de ilustración no tienen importancia alguna. Estoy en contra de los términos fantasía y simbolismo. Todo nuestro mundo interior es realidad, tal vez más real que el mundo manifiesto”
En los tiempos de Sartre, Camus y la guerra, Paul Gadenne escribía su obra, también en Francia y en un período de veinte años. Y dentro de esos veinte años, sólo en el tiempo que podía utilizar para escribir entre sus interminables internaciones a raíz de una tuberculosis que nunca lo abandonó.
Escenas en el castillo reúne casi la totalidad de las narraciones cortas de Gadenne que, aparentemente (no hemos tenido acceso a su obra novelística) son las más contundentes y quizás las más logradas. Según Hubert Nyssen el relato Ballena es la cumbre de su literatura: “Todo lo que Gadenne había tratado de formular en sus tres o cuatro primeros libros, y en lo que seguiría obstinado en los tres o cuatro libros siguientes, queda dicho aquí (en Ballena) en seis mil palabras”.
Ballena era lo único que se conocía de Gadenne en la Argentina hasta hace algunos años. Ahora Escenas del castillo (que incluye ese relato) viene a agregar una serie más de las criaturas impresionantes de Paul Gadenne. Entre ellas son imprescindibles El albergue del purgatorio, La Maldición, y la que quizás más se acerque al verdadero Gadenne : Juego de villanos.
Por los relatos Ballena y Juego de villanos vale casi todo el libro. La delicadeza y la crueldad, la suavidad y la contundencia aparecen nadando en el mismo mar por el que había nadado la ballena que se pudre en la playa. Sería fácil hablar de símbolos, de alegorías, y también más tranquilizador. Sólo que Gadenne muestra otra vez, que “el mundo manifiesto” no es más realidad que nuestros placenteros o tortuosos sueños.
En los tiempos de Sartre, Camus y la guerra, Paul Gadenne escribía su obra, también en Francia y en un período de veinte años. Y dentro de esos veinte años, sólo en el tiempo que podía utilizar para escribir entre sus interminables internaciones a raíz de una tuberculosis que nunca lo abandonó.
Escenas en el castillo reúne casi la totalidad de las narraciones cortas de Gadenne que, aparentemente (no hemos tenido acceso a su obra novelística) son las más contundentes y quizás las más logradas. Según Hubert Nyssen el relato Ballena es la cumbre de su literatura: “Todo lo que Gadenne había tratado de formular en sus tres o cuatro primeros libros, y en lo que seguiría obstinado en los tres o cuatro libros siguientes, queda dicho aquí (en Ballena) en seis mil palabras”.
Ballena era lo único que se conocía de Gadenne en la Argentina hasta hace algunos años. Ahora Escenas del castillo (que incluye ese relato) viene a agregar una serie más de las criaturas impresionantes de Paul Gadenne. Entre ellas son imprescindibles El albergue del purgatorio, La Maldición, y la que quizás más se acerque al verdadero Gadenne : Juego de villanos.
Por los relatos Ballena y Juego de villanos vale casi todo el libro. La delicadeza y la crueldad, la suavidad y la contundencia aparecen nadando en el mismo mar por el que había nadado la ballena que se pudre en la playa. Sería fácil hablar de símbolos, de alegorías, y también más tranquilizador. Sólo que Gadenne muestra otra vez, que “el mundo manifiesto” no es más realidad que nuestros placenteros o tortuosos sueños.
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