de Mariana Dimopulos
Adriana Hidalgo, 2010
por Federico Rodriguez
Cada despedida es una novela difícil de olvidar una vez leída, por la forma en que está escrita y por lo original de su argumento: Una mentirosa compulsiva de 23 años que huye de todos los lugares donde se va encontrando, una huida hacia delante que pareciera no tener una meta determinada. Y en ese dejar atrás, también van incluidos los afectos, las vivencias y las ocupaciones de la protagonista. Así, la protagonista de la novela deja una carrera de Bióloga y a su familia en Buenos Aires por Málaga, España. Luego Alemania, donde tiene una pareja, que también abandona. Al cabo de diez años, regresa al punto de partida, Buenos Aires, para volver a escapar, al Bolsón. Allí, cerca del bolsón, ocurre un asesinato, y es la protagonista quien deberá enfrentar el hecho.
En esas pocas líneas se puede reducir, grosso modo, la novela. Pero hay más: la forma en que está escrita. Fragmentariamente, sin una noción del todo clara del espacio tiempo, lo cual hace que comprender de a momentos se haga difícil, pero eso no atenta contra las ganas de seguir con la lectura. Y es que Mariana Dimópulos logra con un lenguaje llano y también poético, atrapar al lector y hacerlo cargo de la angustia del personaje del libro. También tiene una gran importancia la forma astuta y calculada, para nada caótica, del aparentemente caótico orden de los fragmentos en que se narra la novela. En ese desorden, en ese ir y venir está parte de la clave del misterio que acosa a la protagonista.
Mariana Dimopulos, nació en 1973 y es licenciada en Letras de la Universidad de Buenos Aires. A los 25 años viajó a Alemania y vivió allí entre 1999 y 2005. Autora también de Anís (Entropía), este es su segundo libro.
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