Recuerdos del soñador evasivo
El cráneo de Miss Siddal
Cul de sac
1. ¿Cuándo escribís? ¿Tenés algo así como una “rutina”?
Por lo general cuando puedo. Al termino de las horas laborales, en los
cafés, aquí y allá. En cualquier parte o en ninguna en particular.
2. ¿Le dedicás todo el tiempo que te gustaría a escribir?
No, por suerte no. Pero ocurre que es intencional esa postergación. No
esfuerzo la escritura, la demoro.
3. ¿Sobre qué tema pensás que no vas a escribir nunca? ¿Por qué?
Nunca di nunca.
4. ¿Últimos tres libros que hayas leído y te hubiera gustado escribir a
vos?
Ni idea. Ahora bien, te respondo con una pregunta retórica, ¿acaso no
somos, en cierta medida, autores de todo lo que leemos? Creo que uno aprende de
todo.
Lo que si puedo decir, es que algunos libros ofician como fuentes de
inagotable inspiración. Por ejemplo, los libros de Krazy Kat. Tan buenos son,
que a veces pienso ser Krazy. Sueño con Coconino County y sus desolados
desiertos salpicados de aterciopelados colores. George Herriman fue el mayor
poeta norteamericano del siglo XX. Superior a William Carlos Williams, Allen Ginsberg y e.e. cummings
combinados. Creeme, sus páginas
dominicales son de lo mejor jamás escrito en USA entre los años 1913 y 1944.
5. ¿Estás escribiendo algo nuevo ahora? ¿Qué?
Lo mío es algo así como un continuum. Cada cosa se desprende de la otra.
Por el momento aquí estoy, ante ese mural enorme, tratando de pasar las horas
garabateando y divirtiéndome. Que una cosa quede claro: más importante que
publicar es escribir bien.
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