EVOCACIÓN DE MATTHIAS STIMMBERG (Alain-Paul Mallard) por Hernán Lakner

EVOCACIÓN DE MATTHIAS STIMMBERG ( Interzona, 2007)
de Alain-Paul Mallard
por Hernán Lakner

Antes era Octavio Paz.” Eso dice Elvio Gandolfo al reseñar el libro que nos ocupa. “Hoy la pesadilla recurrente es decir ‘literatura mexicana’ y convocar de inmediato la figura única, amable y bien trajeada de Carlos Fuentes. Pasa algo parecido con casi todos los países de América Latina, incluido Uruguay (que está al lado): todos viven en un ignorado aislamiento literario”. No encontré mejor manera de comenzar esta breve reseña sobre un libro de joven autor mexicano (publicado originalmente en 1995), breve también.

La publicación de Evocación de Matthias Stimmberg en el país de Borges y Cortázar debería considerarse, sobre todo, porque en los últimos años se ha vuelto cada vez más difícil leer libros de cuentos nuevos. Aunque el único libro publicado de Alain-Paul Mallard no sea exactamente un libro de cuentos.

El pasado
Diez historias de personajes crueles y compasivos a la vez. Fragmentos desordenados de una vida literaria y mundana (desde el despertar de la infancia a una realidad extraña y cruel hasta la vejez mansa y cansada). Las pequeñas historias van armando, subrepticiamente, una gran historia que se ordena y explica al lector en la “Apostilla” a Evocación…firmada por Mallard. Allí se reponen algunos datos omitidos: Matthias Stimmberg (1901-1979) fue un poeta entre alemán y austriaco, con cuatro escuetos libros publicados; existencia de acusaciones lanzadas contra su figura poética controvertida por su silencio; se enuncia el misterio sobre el pasado del poeta mediante un artículo titulado “¿Por qué no sabemos nada del pasado de Stimmberg?”; y, por último, las fechas aproximadas de los diez hechos narrados. De esta manera, el libro adquiere una dimensión nueva. Evocación… es un libro fragmentario que puede leerse no sólo como un libro de cuentos, sino también como un universo de anécdotas y momentos concretos narrados por Matthias Stimmberg.

Pero hay más. La palabra “evocación” que vibra en el título remite al pasado. Y el poeta parece decirnos que sobre el propio pasado se habla, pero no se escribe salvo poesía. Dentro del marco de la ficción, el lector asiste a una reelaboración escrita (realizada por el firmante de la “Apostilla”) en base a unas cintas sonoras que registran cómo una voz áspera recrea fragmentos de su vida durante hora y media: es la voz de Stimmberg el mismo año de su muerte. Así el poeta puede hablar de su pasado (o evocarlo) sólo al final de sus días para que otro pueda transformar esos fragmentos orales de vida en literatura. Sólo se puede escribir sobre el pasado de otro (nunca el propio), aunque este otro sea un personaje de ficción. Doble evocación: una mundana y propia y otra literaria y ajena.

“¿Por qué no sabemos nada del pasado de Mallard?”
Esta nota termina por el comienzo. La ilustración de tapa de Evocación…habla de una ausencia o dos: una sala de hospital vacía con los elementos del caso y una camilla vacía (y limpia, en el peor de los sentidos): ausencia de un cuerpo, de un sujeto. Ausencia de Stimmberg (muerto en 1979 y por eso es evocado), ausencia de Mallard, autor. Pocas referencias del autor: sin fotografías públicas (¿un nuevo Pynchon?), un único libro publicado (que borra su figura de autor para instaurarlo como personaje de ficción), un par de relatos en alguna revista, pocos datos biográficos concretos: nacido en México D.F. en 1970, reside en París y se dedica al cine.

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