LA ERÓTICA DEL RELATO (Antología) por Federico Rodriguez

LA ERÓTICA DEL RELATO

Antologadores- Jimena y Matías Néspolo

por Federico Rodriguez





Existe una dificultad que es muy entendible cuando se reseña una antología: es muy difícil poder dar cuenta de todos los relatos, y más aún poder dedicarles el espacio que seguramente cada uno merece. En el caso de La erótica del relato (antología compilada por Jimena y Matías Néspolo, editada por Adriana Hidalgo), se suma otra dificultad: Al principio del libro el lector se encuentra con un Manifiesto, firmado por “Los Heraldos”, quienes parecen ser todos los autores participantes de la antología. ¿Cuál es el inconveniente con este Manifiesto? Primero que nada, su contenido parece demasiado agresivo, sin ser del todo claro. Si realmente “Los Heraldos” quieren barajar y dar de nuevo, y no se bancan tantas cuestiones (muy entendibles ellas), la pregunta que cabe hacer es: ¿por qué jugar a las alusiones y no nombrar, con nombre y apellido, a quienes se alude?

Más allá de este detalle, existe otro inconveniente: es un manifiesto que promete mucho más de lo que hay en la antología. Y es por ese manifiesto que crea expectativas desmedidas, que el lector, mientras lee el libro, busca las “historias incómodas que ya nadie se atreve a contar”(como dicen en el manifiesto), busca el momento en que “en cada palabra (se juegue) el pescuezo” (¿no quedaba mejor decir que se “jugaban la vida”? ¿o “la cabeza”?). Y simplemente va a encontrar cuentos no muy fuera de lo común, un poco mejor escritos que los de varias antologías de jóvenes (y no tan) talentos, literatura menos “Blogger”, por definirla de alguna manera, y más apartada de la fastidiosa “literatura del yo”, pero no por ello deslumbrante. Hay cuentos para todos los gustos, mejor o peor logrados (insisto, según el gusto), pero nada que realmente conmueva o se vea reflejado en ese pomposo y pretencioso Manifiesto.

Para hablar un poco más del contenido y no centrarse tanto en temas accesorios, mencionaré algunos cuentos. Y los hay muy variados. Cambio de suerte, de Claudia Feld, es uno de los mejores cuentos del libro. Bien escrito, logra mantener la tensión y el interés durante varias páginas, hasta llegar al final, que esperado o no, es contundente. No se puede decir lo mismo de Las cuatro patas del amor, de Jimena Néspolo (sí, además de antologadora, también participa como autora). El cuento logra crear un clima de suspenso, diría que desde las primeras líneas. Una pena como decae sobre el final, sugiriendo demasiado algo que es tan obvio, que la autora debería haberse animado a escribirlo. Jugadores, de Federico Levín, es una historia más de fantasmas… o de locura, correctamente escrita, y punto. Desentona en la antología El sentido de la vida, de Marcelo Damiani, que resulta ser una especie de juego entre filosófico y moderno y también El temible crítico literario, de Pablo Manzano, un texto totalmente innecesario desde que Roberto Arlt escribió Escritor fracasado, más o menos unos cincuenta años atrás. Otros cuentos, como el de Oliverio Coelho, Diego Vecchio y la ya citada Claudia Feld, sobresalen en una antología correcta y entretenida.

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