EL PADRE DE UN ASESINO/ EL MALEFICIO/ LA ESTÉTICA NAZI

EL PADRE DE UN ASESINO
de Alfred Andersch
Editorial Norma, 2007

EL MALEFICIO
de Hermann Broch
Adriana Hidalgo, 2009
LA ESTÉTICA NAZI
de Éric Michaud
Adriana Hidalgo, 2009


Para abordar desde la literatura un momento histórico determinado, existen muchas maneras diferentes de hacerlo. Uno de los momentos históricos más dolorosos y abordados en la segunda mitad del siglo XX (y aún hoy en día) es el del fenómeno del nazismo. Ya sea por libros que se internaban directamente en los días en que el Reich estaba en su apogeo, o por libros que hablaban de la guerra. Otro abordaje posible: lo que sucedió después de la caída del nazismo al finalizar la Segunda Guerra Mundial. Los tres libros que motivan este artículo poco tienen que ver con estos abordajes, sino que dos de ellos (El maleficio, de Hermann Broch y El padre de un asesino, de Alfred Andersch) se sitúan en el génesis del nazismo y otro (La estética nazi, de Eric Michaud) en los aspectos estéticos e ideológicos que, impuestos por la propaganda nazi, ayudaron a establecer la imagen del Führer.

El padre de un asesino es un libro de a momentos escalofriante. Basada en hechos reales, la acción del libro se lleva a cabo en un colegio de Munich y comienza exactamente cuando el director del establecimiento entra a una clase de griego para observar el desempeño del profesor y sus alumnos. El director del establecimiento es el profesor Himmler, padre de quien en poco tiempo sería dirigente nazi y organizador del genocidio judío.Vemos en el viejo profesor Himmler rasgos de crueldad y desprecio hacia los alumnos y hacia el profesor. Presentimos una familia terrible, rígida e inflexible. En un momento el narrador hace un salto hacia delante en el tiempo y habla de cómo fue despedido el cuerpo del viejo Himmler por su hijo, los honores que tuvo y lo mal que se llevaban hasta ese entonces. Casi sin referencias al nazismo (excepto sobre el final del libro), en este libro se puede apreciar el ambiente propicio para la figura de Hitler que reinaba en algunos sectores de la sociedad alemana antes de su surgimiento.


El maleficio es un clásico de la literatura, y tal vez el libro más reconocido de Hermann Broch junto a La muerte de Virgilio. Es la historia de un pequeño pueblo, que se ve revolucionado lentamente, por unos forasteros que llegan a él. Con mucho de esoterismo y de dosis de exquisita literatura, el mundo en donde nos interna Broch es el de los viejos rituales, las creencias en el poder de la naturaleza, y las raíces del mal. Promediando el libro Marius, que es el forastero que encabeza los pequeños cambios en el pueblo, muestra su piel de lobo y ordena, indirectamente, atacar a una familia de judíos. Esa familia es la única hostigada en toda la novela, pero alcanza y sobra para ilustrarnos sobre cómo actúa la locura fanática. (una comparación extemporánea: Marius actúa como lo hacía Charles Manson: no era partícipe de los horrores que promovía. Se mantenía al margen, e inclusive se llega a dudar, en un momento, si es realmente Marius el que promueve el clima de tensión y violencia que se va creando en el pueblo) Los mayores logros del libro residen en el hecho de que la discordia que logra establecer Marius entre los pueblerinos se motiva en la explotación de la montaña para la búsqueda de oro, pero sin embargo hay un trasfondo esotérico que habla de espíritus, cicladas y del poder, en su forma más pura y primitiva. Y todo esto narrado sin hacer siquiera alusión al nazismo ni a cuestiones raciales. Es otra forma de ver el “antes” del nazismo, que se diferencia de El padre de un asesino por su fuerte componente poético y por su puesta fuera de un período histórico reconocible.


Por último, La estética nazi. No hay mejor descripción dela obra que las palabras inciales e introductorias de su autor, Éric Michaud: “Quise más bien efectuar una suerte de recorrido por el interior del mito nazi, siguiendo las metáforas y sacando a luz una estructura.” En el libro se muestra cómo se pensaba y se deseaba dar a conocer Hitler. Su insólita pretensión de no ser un simple político, sino un artista y una especie de elegido, la maquinaria de la propaganda nazi que existía desde sus inicios, las similitudes de ciertos aspectos de la imagen del Führer con el mito cristiano (él se presentaba como el “Cristo alemán”), la funcionalidad de ciertos artistas y obras de arte para reforzar la imagen todopoderosa del dictador. En medio de todo esto, o mejor dicho, parapateado detrás de todas estas ideas y principios, emerge lentamente la concepción de la “pureza racial”. Sin ser ficción, este libro también atrapa al lector y le hace sentir el nerviosismo propio de quien sabe en qué terminó toda esa locura. Con más de cien ilustraciones (todas de muy buena calidad) este libro es uno de los más interesantes e innovadores acerca del nazismo que se ha traducido (fue publicado en francia en 1996) en los últimos años en Argentina.

Estos tres libros escapan, por diferentes motivos y características, de los lugares comunes con los que a veces nos encontramos, ya sea desde la ficción (el libro de Andresch y el de Broch) como desde la investigación (el de Michaud). Los de ficción no son panfletarios, al contrario, son más bien elípticos y sobre todo , están muy bien escritos. Y La estética nazi es, como ya se ha dicho, innovador desde su mirada y abre otro campo para intentar entender esa Edad Oscura que abrió el nazismo y que aún no queda bien en claro si se ha cerrado o no.
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