de Jacques Bonnet
Anagrama, 2010
por Damián Lorenzo
La información acerca de Jacques Bonnet, en la página de Anagrama, es escueta: “Jacques Bonnet es escritor y traductor. Ha publicado varias obras, entre ellas Lorenzo Lotto y À l'enseigne de l'amitié. Por Bibliotecas llenas de fantasmas recibió el prestigioso Premio François Billetdoux en 2009.” Son pocos los datos que tiene el lector argentino medio de este autor, sin embargo, el título de su último libro (Bibliotecas llenas de fantasmas) es lo suficientemente atrayente como para arriesgarse y comprarlo.
Bibliotecas llenas de fantasmas es un ensayo de 135 páginas al cual no le sobra ni una página. Recomendable para todos aquellos que sienten auténtica pasión y devoción por los libros. En este ensayo la mirada fresca de Jacques Bonnet retrata su biblioteca privada y el carácter de todos aquellos que sienten por sus bibliotecas un instinto de posesión sin límite. Jacques Bonnet sostiene que hay dos tipos de propietarios de bibliotecas: los coleccionistas y los lectores empedernidos.
Los coleccionistas reúnen libros con la finalidad de tener en posesión todas las obras de un autor, de una época, de una corriente, etc y guardan estos libros como joyas preciadas e intocables. Los lectores empedernidos, en cambio, acumulan libros como consecuencia de su forma de leer, que suele ser curiosa, inquieta y ecléctica. Y si bien aprecian sus libros, estos no son objetos de colecciòn que se miran y no se tocan, por el contrario, el lector empedernido manosea el libro, escribe en él, dobla las páginas, los relee y los siente, y cumple con la regla número uno de cualquier lector medianamente serio y apegado a sus libros: nunca los presta.
Frases imperdibles: “¿Los ha leído todos?» No, por supuesto que no. O tal vez sí. En realidad, no lo sé. Es complicado. Hay libros que leído y olvidado (muchos) y algunos a los que sólo he echado un vistazo rápido y de los que me acuerdo. Así pues, no todos han sido leídos pero sí hojeados, husmeados, sopesados.” o sino esta otra frase: “Lo más extraño, en el caso de estas largas búsquedas, (se refiere a esos libros que por x motivo buscamos y no podemos encontrar) es encontrar, unas semanas después de haber conseguido por fin el tan deseado ejemplar, y por descontado a menor precio, otro. [...] La tentación de comprarlo entonces es fuerte, aunque ya no tenga ninguna utilidad, simplemente a modo de homenaje a todos esos años de búsqueda.” ¿Quién no se siente interpelado por estas sensaciones? ¿Cómo no amar, a su vez, el libro de Bonnet?
El autor también diserta sobre cómo y dónde leer; la emoción que se siente con la lectura; cómo ordenar las bibliotecas; los fantasmas de las bibliotecas, esos libros que desaparecen de nuestra biblioteca sin una razón; los caminos invisibles e inverosímiles que llevan de un autor a otro, de un libro a otro; dibuja la diferencia entre personajes reales y personajes ficticios. Bonnet señala también como las bibliotecas son el único ámbito donde pueden reunirse toda clase de gentes, sentimientos, e historias. Del mismo modo un largo etcétera de puntos y anécdotas completan este libro.
En resúmen, el libro de Bonnet no deja de ser un acto un tanto nostálgico de amor y de público agradecimiento hacia los libros. Un acto de amor que nos lleva a guardar los libros como una parte sustancial de nuestra memoria y de nuestra alma.
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