NOCTURNOS (de Kazuo Ishiguro) por Ariel Gamarra

NOCTURNOS

de Kazuo Ishiguro

Anagrama, 2010

por Ariel Gamarra




Con su primer libro de cuentos, Kazuo Ishiguro incursiona en el mundo de la música, que forma parte de la atmósfera y del paisaje en el que se desarrollan las narraciones. Son cinco cuentos: “El cantante melódico”, “Come rain or come shine”, “Malvern Hills”, “Nocturno” y “Violonchelistas”.

En la el primer cuento, El cantante melódico, un guitarrista de Europa del Este que trabaja en Venecia tocando en una plaza, reconoce entre la gente al cantante favorito de su madre: Tony Gardner. Y es justamente Tony Gardner quien le pide que lo ayude acompañándolo en una serenata para su esposa. Cuando están ejecutando, sobre una góndola, las canciones, se pueden oír los llorozos de Lindy Gardner, la esposa del cantante. El motivo: esa era una particular forma de decirse adiós, la pareja iba a divorciarse.


Lindy Garder reaparece en otro cuento, Nocturnos, donde ella está en otro hotel, recuperándose de una cirugía facial luego de su divorcio. Allí conoce y entabla una relación de amistad con Steve, un saxofonista venido a menos y recién divorciado que se presta a una operación facial para mejorar su fealdad y así poder tener una chance en el mundo de la música. El cuento tiene un aire surrealista, Lindy termina siendo un personaje más interesante y hasta profundo que Steve, una osrpresa dado que el cuento está relatado por Steve y cuando habla de ella lo hace despectivamente (imposible no pensar en nuestra vernácula Susana Giménez cuando describe lo estúpida y superficial que es Lindy Gardner).


Los cinco cuentos están escritos en primera persona y son narrados por hombres. El efecto el propio de los libros de Ishiguro. Un tono confesional e íntimo que parece deliveradamente casual. En estos cuentos se trata la tristeza que se tiene al final del día, o ante la muerte del amor o de la amistad. Como sucede en Come rain or come shine, donde una pareja de viejos amigosinvitan al protagonista a pasar una semana en su casa. Inmediatamente advierte que la invitación fue hecha para que él ayudara a su amigo a salvar su matrimonio. Es el cuento más humorístico del libro, a pesar de todo.

Violonchelistas es el último cuento del libro y trata sobre una particular maestra del violín, alguien que nunca tocó el violín en su vida pero que es capaz de indicarle a alguien que sí exactamente lo que hace mal en su ejecución y cómo debe hacerlo. Durante todo el cuento esperamos que esos dos personajes se enamoren, o al menos tengan algún acercamiento amoroso, pero como sucede en todos los cuentos del libro, los gana el desasociego y lo que puede terminar mal, termina mal.


Si en su anterior libro, Nunca me abandones, lo que se ofrecía al lector era la evidencia de un destino oscuro y hasta siniestro, en Nocturnos se impone la certeza de lo que pudo ser y no fue.

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