LA CENA (de Herman Koch), por Diego Gentile

LA CENA
de Herman Koch
Salamandra, 2011
por Diego Gentile

¿Hasta dónde debe llegar la indulgencia familiar? Se perdona a los jóvenes que regresan a casa borrachos, o el pequeño hurto en una tienda, una mala contestación a la madre, el abuso verbal a un inmigrante... pero, ¿y si se pasan de la raya?

La cena transcurre en un restaurante de lujo. Dos hermanos, Paul Lohman, el narrador de la novela, y Serge, comparten mesa con sus respectivas mujeres, Claire y Babette. Las intervenciones del maître del restaurante, del dueño, de las camareras, parodian la realidad de los lugares pomposos. La jornada gastronómica parodia la tragedia que los reúne: tomar una decisión sobre un delito cometido por sus hijos, Michel y Rick.

La trama construida a base de bloques temáticos (entrada, plato principal, postre, etc) amplía el efecto de la cuestión central: los hijos del matrimonio protagonizaron un incidente criminal, cuya responsabilidad puede recaer en parte en los padres. Michel y Rick salían por la noche, cuando, necesitados de dinero para proseguir la con su salida, acuden a un cajero en el que una vagabunda maloliente, tumbada en el suelo, les impide hacer la transacción en el cajero automático. Comienzan tirando basura encima de ella, hasta que finalmente arrojan una lata de gasolina que parecía vacía, y un fuego accidental acaba con la indigente, que muere abrasada. A través de las imágenes del suceso, grabadas por una cámara de seguridad, y exhibidas por la policía en un programa de televisión, resulta imposible reconocer a los culpables, ya que las capuchas de sus buzos ocultan sus rostros. Los padres saben, sin embargo, que fueron ellos; Claire, porque su hijo se lo confesó la misma noche del crimen, y Paul, a través del programa de televisión, en el que reconoce a su hijo y a su sobrino.

Serge es un político famoso, canditado a primer ministro en las próximas elecciones, y, por eso, su primera reacción al conocer el delito es renunciar a su candidatura, porque si se descubre el hecho en medio de la campaña el desastre personal sería mayor. Parece un acto noble, pero su carácter, descrito por Paul, sugiere que quizás se trata de un acto de profundo egoísmo, como sucedió con la adopción de Beau, un niño de Burquina Faso, de piel oscura, que sumaron a la familia no por solidaridad con los desafortunados, sino por la buena imagen política que ofrecía.

Paul, un profesor de instituto en baja laboral por trastornos psíquicos, prefiere dejar que amaine el temporal y callarse. Las capuchas garantizan el anonimato. Desafortunadamente, Beau presenció el suceso, y no sólo grabó la escena y colgó en You Tube varias partes inéditas, sino que amenaza con colgar más y revelar la identidad de Michel y Rick, si no le pagan tres mil euros. El drama familiar adquiere así un trasfondo adicional.

Herman Koch es un excelente creador de personajes, capaz de crear un personaje como Serge en un par de oracioness, y luego llenarlo de contenido. El texto, narrado con profundidad y construido de manera impecable, cuenta una historia sólida, bien asentada en la problemática social de nuestro tiempo, y con humor y desopilante ironía.






No hay comentarios.:

LECTORES QUE NOS VISITAN