LA MALDICIÓN DE JACINTA PICHIMAHUIDA (Lucía Puenzo) por Enrique Solinas - CARA

LA MALDICIÓN DE JACINTA PICHIMAHUIDA (Interzona, 2007)
de Lucía Puenzo
por Enrique Solinas
CARA-

Con una prosa fluida, descollante y activa, con situaciones planteadas en el espacio de lo bizarro, pero no por ello menos creíbles o efectivas, estamos ante la tercera novela de Lucía Puenzo, que con acierto y estilo personal logra un texto de calidad, vertiginoso, directo y ágil.

La marca generacional es fundamental para atrapar del todo esta historia. Quien no recuerde a los personajes mencionados o no haya vivido ese momento histórico-infantil, cuando la televisión sólo proveía cuatro canales y los espectadores eran “cautivos” de una emisión, quedarán afuera del texto. Es necesario tener la voluntad suficiente como para interesarse y entender los acontecimientos que se presentan.

Desde el título vemos la impronta de lo mediático. La maldición de Jacinta Pichimahuida es una deuda que Lucía Puenzo tiene con el periodismo, el cual así calificó a una noticia policial que informaba sobre la participación de dos miembros del elenco de Señorita Maestra en un hecho delictivo. A partir de aquí su autora ha investigado sobre el destino de estos jóvenes que en su mayoría no volvieron a ser lo que fueron y además reflexiona sobre estos estereotipos, reiterados una y otra vez, que terminan evidenciando la condición carroñera de la televisión.

Los personajes existen como niños, aunque ya son adultos. El tiempo pasó, pero quedaron detenidos en el momento justo en que fueron los máximos astros juveniles de la pantalla. La tristeza del existir se debe a que no son en esencia, sino que han sido fruto de un guión televisivo. Esta verdad absoluta que golpea sus conciencias los ha vuelto vacíos, absurdos, y en esa búsqueda frenética por recuperar el Paraíso Perdido, se darán cuenta que Abel Santa Cruz es el Autor-Dios, el gran responsable de sus destinos e historias. Huérfanos y deambulantes, caminarán hacia el sinsentido y probarán los límites de la percepción. Desoídos e ignorados, mostrarán con naturalidad sus miserias porque otros les han negado la posibilidad de desarrollarse como personas. Es así que Twiggy, por ejemplo, iba a ser cantante en Cantaniño si Lorena Paola no hubiera ido al mismo casting. Y así, cada personaje tendrá un responsable por cada una de sus frustraciones.

La estructura de la novela alterna pasado y presente, dándole al texto movimiento y soltura, que atrapa al lector desde el primer instante y que permite visualizar el todo como un film. La trama del presente narra los acontecimientos que hacen el motivo de la historia. La trama del pasado introduce al lector como vouyeur, donde es posible comprobar los datos aportados, ya que pertenecen al mundo del espectáculo, y así disfrutar de los procesos increíbles de ficcionalización.

Una excelente novela, un texto que nos hará reír por su manera irónica y directa, y además nos obligará a reflexionar sobre la sociedad que vivimos y que hemos heredado de nuestros padres. Retrato de la realidad argentina, fresco preciso de los jóvenes que hoy recorren las calles en busca de una respuesta. La maldición... Es una forma de revivir y ponerle nombre a nuestros más temibles fantasmas.

No hay comentarios.:

LECTORES QUE NOS VISITAN