ENGRANAJES DE SANGRE (de Nicolás Correa) por Juan José Burzi

ENGRANAJES DE SANGRE
de Nicolás Correa
Milena Caserola, 2008
por Juan José Burzi


En la presentación de Engranajes de sangre, de Nicolás Correa, Leonardo Oyola dijo “Para hablarles de Engranajes de Sangre, tengo que decir que Nicolás es Tyson en el mejor momento”. Esta es una buena forma de iniciar un breve recorrido por los siete cuentos que componen el libro.

En El machete nos encontramos con un personaje, Rosas, que volverá a aparecer en otro cuento. En este presente él es un chico, que debe hacerse cargo de cuidar el honor (y la vida) de su madre y sus hermanas. Es el inicio de algo, o de “alguien”; una decisión dramática y definitiva que marca a quien la toma.

Una tarde más, el segundo cuento, trata de dos hermanos, uno de ellos con una discapacidad mental. El cuento es un guiño a Quiroga y La gallina degollada, solo que en este caso la única víctima es un gato… hasta donde sabemos. Un beso en la frente es un cuento más sutil que los anteriores, y por eso más efectivo. Sabemos de qué va a tratar desde su primera oración, y el logro del autor está en mantener la tensión durante 10 carillas.
Disparos en el agua es una historia de deudas impagas y venganza. Narrada desde la mirada de un niño, nos enteramos de que unos personajes siniestros asesinaron a su abuelo por una deuda y ahora estaban reclamando dicha deuda a su padre. El final es tensionante y Nicolás Correa lo define con un truco que luego repetirá en otro cuento, truco que no contaré ahora, pero solamente diré que el lector siente cierto alivio cuando termina el cuento.
En Engranajes de sangre (el cuento que da nombre al volumen) es donde reaparece el niño del primer relato, aquí ya convertido (y perdido) en un adulto. Podemos percibir el eco de ese niño convertido por las circunstancias en adulto en el primer cuento, la sordidez de un mundo sin salida y sin esperanza.
Un día cansador se permite la ternura, pero una ternura acorde con el tono del libro: sucia, incómoda, que raspa.

El viento empujando es, sin lugar a dudas, el mejor cuento del libro. El cuento se nos va descubriendo de a poco, es una pequeña caja de resonancia que nunca pareciera terminar de sonar. Un cuento de esos que en un futuro no deberían faltar en ninguna antología de escritores de esta generación.

Las presencias de Horacio Quiroga y Roberto Arlt son casi palpables en los mundos de Nicolás Correa, sin que ello influya en la originalidad de un escritor que, con su segundo libro de cuentos, deja bien en claro que tiene algo para decir.

1 comentario:

CRUCE dijo...

Ese es nuestro Correa...

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