MONSTRUOS COMO NOSOTROSde Omar López Mato
Mondadori, 2008
por Juan José Burzi
Monstruos como nosotros podría ser votado como uno de los libros del año. O tal vez todo esto es una exageración mía. Quién sabe.
Tal como dice el subtítulo en la portada del libro, estas son “Historias de freaks, colosos y prodigios”. Un exhaustivo racconto de los seres humanos más increíbles (por lo físico) que han existido. El famoso Hombre Elefante, siameses, niños con cola de chancho, personas con dos cabezas… y la lista podría seguir.
Lo que hace que este libro sea casi excelente (luego explicaré el “casi”) es que está escrito sin demasiadas pretensiones literarias (nadie que lo compre esperará encontrar una prosa a lo Saer- o sea: aburridísima pero talentosa-, por dar un ejemplo), pero no por eso es una simple y fría recolección de casos verídicos. El autor, Omar López Mato, demuestra ser una persona culta, con lo cual enriquece todos los casos que cuenta con referencias a la literatura, al cine, a la historia, a la música; por otro lado, es médico, y eso le permite explicar, en forma simple y sin demasiada jerga científica, los casos desde la misma ciencia.
En estos tiempos modernos, donde hay un culto a lo “bizarro” (pobre palabra, tan justa y precisa que era, desde hace unos años ya no se sabe bien cuándo se la debe usar o no), y el hecho de que ser un freak (“raro”) es cool (“copado”, “con onda”), las cosas se han banalizado apenas un poco más de lo que estaban. Con Monstruos como nosotros el deleite en lo bizarro encuentra un climax: tenemos a todos estos tipos raros en una mini enciclopedia, a un precio razonable, y el libro hasta tiene ilustraciones (todas de muy buena calidad) que inclusive pueden parecer un tanto weird (esta palabrita no se está usando tanto, pero ya que estamos en la joda, vale citarla: “raro”, “extraño”, “siniestro”) Sin embargo, el libro no queda en eso. El autor se encarga de mostrar que estos fueron, en su mayoría, tipos desdichados (algunos más, otros menos), que vivieron de la mejor manera que pudieron, y que una de esas maneras de sobrevivir fue mostrarse a las personas “normales” a cambio de dinero. Es ahí donde estos freaks toman otra dimensión, otra hondura y donde se puede trascender del mero regordeo en lo anormal.
Pareo había un “casi” cuando hablaba de la excelencia del libro: algunas observaciones del autor, no sin cierto grado moralizador, son un tanto molestas. Como cuando habla de los empresarios que exhibían a estos freaks: puede ser que su ética y/o moral fuera más que dudosa, pero eran tipos encantadores, ¿para qué condenarlos o emitir juicios que, en todo caso, el propio lector puede formarse? También molestan algunos chistes que demuestran a la clara que López Mato es un excelente investigador y profesional, pero un pobre humorista. Apenas detalles que se pasan por alto.
Monstruos como nosotros podría ser votado como uno de los libros del año. O tal vez todo esto es una exageración mía. Quién sabe.
Tal como dice el subtítulo en la portada del libro, estas son “Historias de freaks, colosos y prodigios”. Un exhaustivo racconto de los seres humanos más increíbles (por lo físico) que han existido. El famoso Hombre Elefante, siameses, niños con cola de chancho, personas con dos cabezas… y la lista podría seguir.
Lo que hace que este libro sea casi excelente (luego explicaré el “casi”) es que está escrito sin demasiadas pretensiones literarias (nadie que lo compre esperará encontrar una prosa a lo Saer- o sea: aburridísima pero talentosa-, por dar un ejemplo), pero no por eso es una simple y fría recolección de casos verídicos. El autor, Omar López Mato, demuestra ser una persona culta, con lo cual enriquece todos los casos que cuenta con referencias a la literatura, al cine, a la historia, a la música; por otro lado, es médico, y eso le permite explicar, en forma simple y sin demasiada jerga científica, los casos desde la misma ciencia.
En estos tiempos modernos, donde hay un culto a lo “bizarro” (pobre palabra, tan justa y precisa que era, desde hace unos años ya no se sabe bien cuándo se la debe usar o no), y el hecho de que ser un freak (“raro”) es cool (“copado”, “con onda”), las cosas se han banalizado apenas un poco más de lo que estaban. Con Monstruos como nosotros el deleite en lo bizarro encuentra un climax: tenemos a todos estos tipos raros en una mini enciclopedia, a un precio razonable, y el libro hasta tiene ilustraciones (todas de muy buena calidad) que inclusive pueden parecer un tanto weird (esta palabrita no se está usando tanto, pero ya que estamos en la joda, vale citarla: “raro”, “extraño”, “siniestro”) Sin embargo, el libro no queda en eso. El autor se encarga de mostrar que estos fueron, en su mayoría, tipos desdichados (algunos más, otros menos), que vivieron de la mejor manera que pudieron, y que una de esas maneras de sobrevivir fue mostrarse a las personas “normales” a cambio de dinero. Es ahí donde estos freaks toman otra dimensión, otra hondura y donde se puede trascender del mero regordeo en lo anormal.
Pareo había un “casi” cuando hablaba de la excelencia del libro: algunas observaciones del autor, no sin cierto grado moralizador, son un tanto molestas. Como cuando habla de los empresarios que exhibían a estos freaks: puede ser que su ética y/o moral fuera más que dudosa, pero eran tipos encantadores, ¿para qué condenarlos o emitir juicios que, en todo caso, el propio lector puede formarse? También molestan algunos chistes que demuestran a la clara que López Mato es un excelente investigador y profesional, pero un pobre humorista. Apenas detalles que se pasan por alto.
Monstruos como nosotros podría ser votado como uno de los libros del año. O tal vez todo esto es una exageración mía. Quién sabe.
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