TRÍPTICO (de Diego Arbit, Fabio Guerrero Arévalo y Darío Semino) por Leonardo Vascal

TRÍPTICO
de Diego Arbit, Fabio Guerrero Arévalo y Darío Semino
Edición independiente
por Leonardo Vascal

"Mi sentencia queda cumplida, espero, al concluir aclarando que estas páginas prolijamente numeradas y encoladas en uno de sus extremos, no hablan más que sobre esa insoportable necesidad de escribir, esa voluntad y esa maldición que cargan los que, así, una letra tras otra, sólo pretenden escribir una historia." Así finaliza la contratapa de Tríptico, escrito por Omar Grandoso. Y tal vez esa sea la mejor definición a la que se puede llegar para hablar de este libro: Una insoportable necesidad de escribir. Porque Tríptico es dueño de una singularidad: es un libro escrito vía mail, entre tres personas, sin que supieran qué iba a suceder luego, qué iba a escribir el otro.

Mucho se podría escribir sobre esta desición, sobre si es algo válido por sus resultados o como postura; si, tal como dice en la nota final del libro "(Era) cerrar los ojos y ver qué salía" es la forma más recomendable para preparar una obra literaria o no... pero no alcanzarían los 5000 caracteres que me pidió la revista, y tampoco sé si una opinión al respecto serviría de algo.

Lo que sirve (o al menos no se pierde en palabras huecas, retóricas ni filosóficas) es decir que Tríptico contiene muchas historias que funcionan. Ya sea la desopilante y lamentable historia de Zumilda Atrofocia Martín Álzaga, la historia de di Korda, autor de libros como Joyce estaba del orto, Sobacos ensopados, El pene de Francis Scott Fitzgerald o Borges nunca fue joven; o los delirantes capítulos de Waldo (Aclaración: los capítulos están encabezados por diferentes nombres; Leandro, Waldo, Dorio)

Otro punto a destacar, que se contrapone con un hecho del momento que en meses o a lo sumo un año, quedará totalmente extemporáneo: Las citas, la intertextualidad, los guiños culturales y no tanto (hay un tal Bucai, un Pehrón, un Wahlsh, un Esccelotto) tienen más sentido y son más funcionales que los que encontamos en un libro sensación recientemente editado, tan pretencioso como vacío, cuya llamativa y multifacética autora es el principal éxito literario de esas salvajes teorías, lo cual es decir mucho y poco a la vez.

Pero para no excedernos en espacio ni en tiempo, culmino esta reseña reformulando una idea de la contratapa, ya citada: promediando Tríptico nos encontramos envueltos en una insoportable necesidad de seguir leyendo.