de Mariana Enriquez
Emecé, 2009
por Juan José Burzi
Los peligros de fumar en la cama, de Mariana Enriquez, es un libro que en muchos sentidos rema contra la corriente: son cuentos, se los podría definir de “género” (terror), y la prosa no cae en facilismos ni es anacrónicamente florida. Son cuentos escritos con astucia, y eso se nota en pequeños detalles.
Por ejemplo, Cuando hablábamos con los muertos, donde se puede tener miedo a algún lugar común o a algún tipo de moralina (hay tabla Ouija, hay desaparecidos). Sin embargo el relato entra y sale de lo que es su tema principal, los 70s, y donde la atención es desviada de ese punto, y sin embargo dice lo que tiene que decir.
En La virgen de la tosquera, el lector no puede entender cómo el protagonista masculino se encuentra tan embobado por una mujer que tiene menos atributos (a la vista) que las tres adolescentes que lo provocan durante todo el cuento. Y el lector cae en la trampa, al igual que las chicas, cuando él les pide a estas que naden hasta “la virgen de la tosquera”… y ahí se produce uno de los momentos más escalofriantes de todo el libro, y se produce por lo inevitable y oscuro que se torna el cuento: sabemos que todo va a terminar mal, con sangre y muerte…
Otro cuento muy cuidado en muchos detalles es El carrito: hay un cartonero, hay un barrio de clase media, discriminación, violencia, y una venganza. Y hay una falta de bajada de línea con el tema del cartonero (Digresión: pensar que gracias a los cartoneros, al imaginario de “lo cartonero” y a un buen manejo de marketing hay quienes tuvieron una editorial y lograron becas, atención y etcs etcs…) No hay nada más desalentador que las “bajadas de línea” o los lugares comunes. Cuento con moral, con enseñanza, donde se castiga a quien lo merece… en ese caso muchas veces lo mejor es cerrar el libro y pasar a otra cosa. Volviendo al cuento, lo raro es que en cierta forma sí hay un “castigo” hacia las personas que obraron mal y un “premio” hacia quien obró bien. Lo que lo ubica en otro plano, es que las razones son simplemente por un factor esotérico, una maldición, y tras esa maldición se puede percibir que no hay moralina. Gana lo sobrenatural en ese cuento (como en otros del libro) y así como a veces hay un “mal” que triunfa (las más), también hay ocasiones donde lo hace “el bien” o lo que representaría a ese bien. El logrado clima de la familia que se encierra (por no caer en la maldición y para evitar la envidia homicida de sus vecinos) y de la amenaza externa (sus vecinos) hacen que el lector se quede con ganas de más.
El desentierro de Angelita es un cuento genial, cuyo argumento no vamos a contar, pero sí a adelantar que en pocas páginas el lector termina creyendo que es posible congeniar con una situación así. Uno de los cuentos con más humor (macabro) del libro.
Los peligros de fumar en la cama es un cuento claustrofóbico, acerca de una mujer autodestructiva y destinada a morir quemada por el fuego de su cigarrillo, pero afortunadamente la resolución del cuento es más que ese mero hecho anecdótico.
Dónde estás corazón es de los cuentos más logrados, donde se palpa tal vez el “mejor” de los horrores: el que proviene y es inherente a la propia perversión humana. Algo similar sucede con Ni cumpleaños ni bautismos, que trata sobre Nicolás, quien hace filmaciones, pero ni para cumpleaños ni para bautismos, sino “raras”, ideales para vouyeurs… Es cuestión de usar la imaginación (y leer el cuento sobre todo) para ver las inquietantes implicancias que puede sobrellevar una profesión por el estilo.
Otros cuentos, como Chicos que faltan al igual que Rambla Triste tienen una virtud: Mariana Enriquez crea un mini-mundo en apenas unas pocas páginas, cuya tensión no se pierde y con varios personajes de peso. Si Chicos que faltan hubiera tenido alguna palabra o expresión de más o equivocada, habría podido ser interpretado como una especie de alegoría de los desaparecidos, y el cuento se hubiera banalizado. Otra vez se puede apreciar la astucia.
Carne, tal vez sea el cuento del libro con más tela para cortar en cuanto a aspectos sociológicos, pero lo dejo para los entendidos del tema. Solamente destacaré la obvia pero poco explorada relación entre fanatismo y canibalismo (remite a un cuento de Cortázar, Las Ménades, pero en versión gore).
Un libro sin desperdicio y de una temática (terror/horror) no muy explorada en la literatura argentina, encuadrado en una colección de jóvenes y destacados autores (Samantha Schweblin, Oliverio Coelho) que hacen de esta colección una de las más atractivas del mercado editorial argentino.
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