de Anton Chejov
La Compañía, 2010
por Leonardo Vascal
Stanislavski escribió una carta a Chéjov, mientras trabajaba el montaje de El jardín de los cerezos, inquiriéndolo, extrañado, sobre porqué había denominado comedia a un drama que para el director ruso era una verdadera tragedia, por el dolor y humillación que sus personajes sufren ante la derrota de sus necesidades más amadas. La respuesta de Chéjov fue un chiste ante su propia obra: “las llamo comedias porque a mí esa gente me da mucha risa”. Así era Chejov, y destellos de genio y de brutal sinceridad son los que podremos encontrar en Cuaderno de Notas, editado por La Compañía.
Estos cuadernos comenzaron a ser escritos en 1891, coincidiendo con la escritura de su primer éxito teatral, La gaviota. Leyendo Cuaderno de notas podemos “espiar” el ritmo de creación de Chejov, y apreciamos como esboza los temas y personajes de esta y de otras obras como El tío Vania o Las tres hermanas, además de las situaciones de sus relatos más conocidos: La señora del perrito, El obispo y Casa con desván.
Estas páginas privadas son un primer paso para que Chéjov convierta la realidad –un recuento de ropa, el gesto de un cochero, un bosque de abedules– en literatura. Un laboratorio de observaciones psicológicas sin maquillaje que también revela un peculiar silencio coincidente con la época más creativa del escritor.
El silencio va ganando a Chéjov cuando se recrudece su enfermedad, hacia 1896, y queda a la espera del desenlace de la tuberculosis. Cada frase adquiere la entidad de un aforismo o de un microrrelato: “Y a él le parecía que se lo respetaba y se lo apreciaba en todas partes, incluso en los buffets de estación, y por eso siempre comía con una sonrisa en los labios”. “Esas estrellas se extinguieron hace tiempo... pero brillan aún para la masa”. “Cuando llegue al otro mundo, quisiera pensar esto de la vida: no han sido más que maravillosas visiones”. Chéjov, que murió con 44 años, parece aferrarse a los detalles para darnos unas “maravillosas visiones” del mundo antes de desaparecer.
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