Compilador Edgardo Cozarinsky
Adriana Hidalgo, 2010
por Juan José Burzi
Galaxia Kafka es, en escencia, un libro celebratoriamente kafkiano. Compilado por Edgardo Cozarinsky, el volúmen contiene cuentos y relatos de 18 autores, varios de ellos verdaderas gemas ocultas para muchos lectores. Galaxia Kafka intenta (y logra con creces) ofrecer una amplia gama de cuentos y autores que pueden tomarse como antecedentes de la obra Kafkiana, también hay contemporáneos a Kafka y en los autores posteriores que Cozarinsky compila, nos encontramos con cuentos, momentos, miradas Kafkianas.
El cuento de Santiago Dabove, por ejemplo, tiene un final propio de los aforismos y anotaciones que realizó Kafka en sus cuadernos. Y es Dabove, a su vez, una de estas “gemas ocultas” de las cuales hablaba antes. Autor de un solo y estremecedor libro, muerto joven y persona cercana a Borges, Santiago Dabove tal vez sea uno de los más injustamente olvidados autores argentinos.
El feroz relato de Bruno Schulz, La última huída de papá, guarda una relación sutil con el cuento de Dabove, y es tal vez el mejor relato del libro. Bruno Schulz es otro autor que murió demasiado pronto, en su caso porque un oficial de la gestapo lo mató de un tiro en un campo de concentración. Autor de dos libros (existe una vieja edición del Centro Editor de América Latina con una selección de sus relatos, y la Edtiorial Siruela publicó sus Cuentos Completos), el oscuro universo de Schulz, plagado de presagios, anormalidades y algo de perversión, se emparenta también con el mundo Kafkiano.
Otro cuento notable es el de Johannes Urzidil, La huida de Kafka, donde Kafka está vivo, con 80 años, y es poseedor de una sabiduría casi zen. Humorístico, y a la vez profundo, no deseamos que el cuento termine nunca.
También está presente Bohumil Hrabal, el autor checoslovaco más notable del siglo XX, tristemente ignorado por el público argentino, tal vez ayudado por la falta de ediciones accesibles en nuestro país (dos de sus más célebres libros fueron editados por Ada Korn hace años, Yo que serví al rey de Inglaterra y Pequeña ciudad donde el tiempo se detuvo). El relato escogido de Hrabal no es de lo mejor de su producción, pero de todos modos es valorable que se lo rescate en una edición argentina.
También hay relatos de Julio Cortázar, Nathaniel Hawthorne, Isaac Bashevis Singer, J.R.Wilcock, que por ser autores más reconocidos que los anteriores, su lectura no deja de ser gratificante.
Antes de finalizar vale destacar las breves pero excelentes notas introductorias a cada autor hecha por Edgardo Cozarinsky, una muestra más de la cultura y conocimiento del compilador y una fuente de datos para quien desee saber y buscar más de estos autores.
Galaxia Kafka nos pasea por un mundo literario particular, heterogéneo, y de alta calidad. La mejor manera de leer este libro tal vez sea olvidándose de su propósito y disfrutando cada autor como un pequeño descubrimiento, más allá de algunos nombres célebres.
El cuento de Santiago Dabove, por ejemplo, tiene un final propio de los aforismos y anotaciones que realizó Kafka en sus cuadernos. Y es Dabove, a su vez, una de estas “gemas ocultas” de las cuales hablaba antes. Autor de un solo y estremecedor libro, muerto joven y persona cercana a Borges, Santiago Dabove tal vez sea uno de los más injustamente olvidados autores argentinos.
El feroz relato de Bruno Schulz, La última huída de papá, guarda una relación sutil con el cuento de Dabove, y es tal vez el mejor relato del libro. Bruno Schulz es otro autor que murió demasiado pronto, en su caso porque un oficial de la gestapo lo mató de un tiro en un campo de concentración. Autor de dos libros (existe una vieja edición del Centro Editor de América Latina con una selección de sus relatos, y la Edtiorial Siruela publicó sus Cuentos Completos), el oscuro universo de Schulz, plagado de presagios, anormalidades y algo de perversión, se emparenta también con el mundo Kafkiano.
Otro cuento notable es el de Johannes Urzidil, La huida de Kafka, donde Kafka está vivo, con 80 años, y es poseedor de una sabiduría casi zen. Humorístico, y a la vez profundo, no deseamos que el cuento termine nunca.
También está presente Bohumil Hrabal, el autor checoslovaco más notable del siglo XX, tristemente ignorado por el público argentino, tal vez ayudado por la falta de ediciones accesibles en nuestro país (dos de sus más célebres libros fueron editados por Ada Korn hace años, Yo que serví al rey de Inglaterra y Pequeña ciudad donde el tiempo se detuvo). El relato escogido de Hrabal no es de lo mejor de su producción, pero de todos modos es valorable que se lo rescate en una edición argentina.
También hay relatos de Julio Cortázar, Nathaniel Hawthorne, Isaac Bashevis Singer, J.R.Wilcock, que por ser autores más reconocidos que los anteriores, su lectura no deja de ser gratificante.
Antes de finalizar vale destacar las breves pero excelentes notas introductorias a cada autor hecha por Edgardo Cozarinsky, una muestra más de la cultura y conocimiento del compilador y una fuente de datos para quien desee saber y buscar más de estos autores.
Galaxia Kafka nos pasea por un mundo literario particular, heterogéneo, y de alta calidad. La mejor manera de leer este libro tal vez sea olvidándose de su propósito y disfrutando cada autor como un pequeño descubrimiento, más allá de algunos nombres célebres.
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