de Diego Grillo Trubba
Del nuevo extremo
por Damián Lorenzo
En tiempos de novelas históricas, a veces peores, a veces mejores, la propuesta de Diego Grillo Trubba no pareciera ser nada nuevo bajo el sol. Crímenes coloniales es, como puede adivinarse desde su título, una novela ambientada en la época colonial argentina. Sin embargo, y aquí reside el acierto de Grillo Trubba, Crímenes Coloniales escapa a la típica novela histórica y a sus clichés (revisionismo berreta, bajada de línea, contenidos copiados de manuales de historia, etc). El mismo autor nos advierte desde su prólogo, que salvo por algunos personajes históricos, todo es producto de su imaginación. Y es desde esa propuesta que la novela toma entidad propia, y escapa a los vicios novelísticos expuestos anteriormente.
El protagonista de la novela es Octavio Vázquez y López, de profesión librero, lector de Rosseau, de 45 años. Él vive con su hija de 16 años, Mercedes y es una especie de detective/ investigador cuando la situación lo requiere. El Virrey Sobremonte lo convoca para resolver los crímenes que tienen lugar en el Río de la Plata, al tiempo que se desarrolla la primera invasión inglesa. El disparador es un asesinato en la Plaza de Toros, asesinato que abrirá la puerta a otros por venir. Y, como el lector supone, la investigación de Octavio Vázquez y López terminará infiltrándose en hechos que hacen a la historia nacional.
En la novela se dan marchas y contramarchas, el ritmo es ágil y el misterio está bien logrado. También es destacable la participación directa o tangencial de quienes sí tenemos certeza que fueron parte de nuestra historia. En esos casos, es fácil olvidar que ellos realmente existieron, se los toma como otros personajes de la ficción. Y ese logro es del autor, quien supo dotar de vida a personajes que estamos acostumbrados a ver más como nombres de calles y un par de hechos fácticos que como a seres humanos.
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