CUENTOS SINIESTROS (de Kobo Abe), por Diego Gentile

CUENTOS SINIESTROS
de Kobo Abe
Eterna Cadencia 2011
por Diego Gentile

No es errado ubicar al escritor japonés Kobo Abe a la par de figuras literarias como Yukio Mishima y Kenzaburo Oé (Mishima y Oé infinitamente más reconocidos y “conseguibles” en nuestras tierras que Kobo Abe) Y este terceto no es caprichoso, sino que encierra a tres de los grandes autores japoneses del siglo XX (faltaría sumar a Junichiro Tanizaki y Yasunari Kawabata), quienes se enfocaron en renovar su literatura nacional.

En el caso de Kobo Abe, este cambio se vio fuertemente marcado por el entorno que creó en sus relatos, un tanto oníricos, un tanto absurdos (mucho se ha dicho y se seguirá diciendo de la marca de Kafka en su literatura) y a la vez siniestros, tal como lo deja en claro el título que eligió la editorial Eterna Cadencia para la colección de relatos de la cual trata esta nota: Cuentos siniestros.

Una aclaración más acerca del tema del título, antes de seguir: desde que Freud escribiera sobre “lo siniestro”, es difícil acercarse a ese término, especialmente en literatura, sin esperar algo que subyazca debajo de lo que se cuenta, algo que está ahí pero a la vez no se puede concebir. No parece ser este el caso, Kobo Abe trabaja “lo siniestro” aplicándole una luz potente al tema en cuestión. No hay nada que esconder, todo es dicho, ya sea en forma cruel y demudada o con un fino humor negro. Lo siniestro, entonces, en este caso queda en la superficie. Podríamos simplificar diciendo que con la literatura de Kobo Abe, “no hay vueltas”.

Entre los cuentos encontraremos para todos los gustos: por ejemplo, en uno de los cuentos más impactantes, El Grupo de Petición Anticanibalista (tal vez “anticaníbal” fuera una traducción más acertada), un representante de un pueblo ficcional se entrevista con tres correctos señores de “la casta comedora” para solicitarles, rogarles, que por favor depongan su inclinación a comer seres humanos.

El perro es otro relato que se destaca, donde el narrador cuenta como los perros reflejan lo que es el amo en tanto vulgar y denigrante. Se pierde en devaneos sobre las costumbres que se tienen con las mascotas y los actos asquerosos que estas llevan adelante sin molestarse en quién está mirando o no… todo esto para concluir la historia con que el narrador es devorado… ¡por su propia mascota!

Al borde del abismo es un cuento sobre un boxeador venido a menos, que obviamente, como todo buen cuento de boxeadores, terminará siendo derrotado. No parece exagerado encontrar algunos vínculos entre este cuento y los cuentos de boxeadores que escribió Julio Cortázar.

En El huevo de plomo, alguien que estaba durmiendo durante siglos despierta para encontrarse con que el mundo y la humanidad no avanzó, sino que retrocedió. Contar el final sería arruinar el cuento. Los otros relatos que completan el libro son: El pánico (una fantasía desesperante, entre el absurdo y la paranoia), La casa y La muerte ajena. Difícil de conseguir, los libros de Kobo Abe son siempre dignos de ser buscados. Así sucede con El rostro ajeno, La mujer de la arena… y ahora con sus Cuentos Siniestros, bien a mano, sin descatalogar, y listos para ser agotados.

No hay comentarios.:

LECTORES QUE NOS VISITAN