PABLO MARTINEZ BURKETT

PABLO MARTINEZ BURKETT

Santa Fe (1965). Es Master en Escritura Creativa por la Universidad de Salamanca. Tiene premios en concursos que ya no se acuerda. Escribió para la radio, revistas, antologías, blogs, listas de supermercado y diarios íntimos. Es curador de ciclos de lectura, dicta seminarios y talleres y se las da de charlista profesional. Le publicaron los libros: Forjador de penumbras (2011), Los ojos de la divinidad (2013), Mondo Cane (2016). Luz azul (2020) que salió en Bolivia y El banquete de Tántalo (2022).

¿Qué libro, autor o tipo de literatura considera que está sobrevaluada? ¿Por qué?

Ese híbrido narcisista de la llamada ficción autobiográfica (oxímoron más o menos), mejor conocido como Literatura del Yo. Probablemente Lacan tenía razón cuando postulaba que la escritura es fruto de una autoexploración que lleva al autoconocimiento y una búsqueda del propio yo y su comprensión. Sin embargo, a mi modo de ver, el endiosamiento del autor devenido en personaje, una suerte de unión hipostática no es más que otra prepotencia de la egomanía contemporánea. La declamada ambigüedad entre la veracidad y la verosimilitud fue dando paso al exhibicionismo autorreferencial que, antes que contar una historia, se orienta a convertir al autor en una estrella de rock, un oráculo cuya experiencia de vida ficcionalizada debe ser predicada a todos los fieles.

Por supuesto que mentes más esclarecidas tendrán sobrados elementos para refutar mi anatema, enumerar los méritos de obras y epígonos y arrojarme una maldición gitana que rime con mamerto. Me paso muchas horas estudiando el artefacto literario. Me encanta. Pero al final del día, la lectura se resume en el socorrido binomio “me gusta/no me gusta”. Y tanta bambolla con la literatura del yo me respira sobrevalorada. En una entrevista a Mariana Enríquez (29-09-2020), el diario El País avizoraba el final de la ola de la escritura autobiográfica en favor de la literatura fantástica. Ojalá y así sea.

¿Qué libro, autor o tipo de literatura considera que debería tener más atención o reconocimiento del que tiene? ¿Por qué?

Una pléyade de autores argentinos que la vienen yugando con esfuerzo y creatividad. Sea la crítica especializada o las editoriales grandes (y también las medianas) creo que a la hora de señalar los referentes de un determinado género se acude al atajo de preferir siempre a los mismos. Muchas veces, por haraganería, ignorancia, amiguismo, conveniencia o venalidad. Lo mismo da. Pero más allá de estos primeros nombres, que por alguna razón están donde están, hay una legión de segundas y aún, terceras espadas a quienes habría que prestarle un poquito más de atención porque ante la ausencia de un prestigio por cuidar, no repiten fórmulas ni se enrolan en modas y volubles militancias. Se dedican a contar historias, que de eso se trata escribir. Y lo hacen muy bien. En lo personal no creo que el reconocimiento resulte de un silogismo: escribe bien, se merece que le vaya bien. La vida está llena de ingratitudes. No lo voy a descubrir yo acá. Cualquier especulación contrafáctica pertenece al terreno de la ciencia ficción, pero: ¿qué hubiera pasado si un ya canónico Borges no hubiera habilitado la publicación de un primer Cortázar? ¿O de “Cien años de soledad” sin un Paco Porrúa?

En suma: críticos, editores, periodistas, reseñadores, blogueros, bookgramers, booktubers y demás tribus aledañas: busquen, revuelvan, comparen. Es más trabajoso y quizás menos osado. Pero les garantizo que en la literatura argentina contemporánea hay autores realmente increíbles y que, sin embargo, van oscuros por la sombra bajo la solitaria noche. Ah, sí, claro, es una deficiente traducción de la hipálage de Milton…

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