HISTORIA DE UN COMUNISTA (de Antonio Negri), por Alejandro Galay

HISTORIA DE UN COMUNISTA
de Antonio Negri 
Traficantes de sueños, 2018
por Alejandro Galay

Toni Negri, vida y destino

Dice Philipe Lejeune en su célebre obra acerca del género autobiográfico, que la característica central de este tipo de texto es que se trata de un relato retrospectivo en prosa que alguien escribe acerca de sí mismo, cuyo objeto es su vida individual y la historia de su personalidad (sic). Lejeune, reconocido como el mayor especialista en la materia, afirmaba, en resumidas cuentas, que en la autobiografía el autor, el narrador y el personaje se funden en un yo único y real que, no obstante, se configura de modo literario a sabiendas del lector. Esto llevará tiempo después a una crítica radical  de Paul de Man, que consideraba que nada hay de autobiográfico, en virtud de que toda escritura narrativa, por definición, crea un yo de la ficción.

Aquí, el personaje de Historia de un comunista que se narra a sí mismo es Antonio Negri, uno de los dos filósofos marxistas vivos más importantes de Europa (el otro es Alain Badiou, también otro largo octogenario).

¿Qué narra Negri? Una vida in illo tempore. La suya por más de cuarenta años, o sea un trozo de ella, porque esta es solo la primera parte. Es una vida larga, extraordinaria, riquísima de anécdotas, intensa en experiencias y pletórica en desgracias. Es decir, todos los elementos que hacen atractiva la lectura de este género.

Con muchas páginas que giran hacia el ensayo, Negri nos invita a atravesar buena parte del siglo XX desde su Padua natal hasta el apogeo filosófico-político como guía intelectual de los jóvenes occidentales. Una infancia atiborrada de tragedias familiares, una adolescencia donde socialismo y cristianismo entran en una tensión (Das Kapital con el Sermón de la montaña) que derivará en educación sentimental, y una vida joven y adulta que incluye la universidad, los libros, el marxismo en todas sus expresiones, la proletarización del trabajo y, a posteriori, la cárcel. En concreto, la de Negri es una viuda filosófica en el sentido helénico: alguien que decidió hacer de la ética una estética y de la praxis una poiesis, y cuyo único Dios laico es el príncipe Spinoza.

Esta primera Historia de un comunista se caracteriza por contar las peripecias de un muchacho que se enamora de la filosofía leyendo las novelas del siglo diecinueve, y de algunas mujeres, recorriendo Europa a dedo. Así también, son muy jugosos los pasajes dedicados a sus viajes por las montañas sagradas del Oriente medio, conviviendo con los devotos de la Piedra Negra. Así se hace al mundo un chico de clase modesta que había padecido la brutalidad barbárica del fascismo en carne propia (casos opuestos de padre y hermano) y que intenta reinventarse en un retrato similar al que podemos ver en una película del neorrealismo italiano. Los años cincuenta son los de la formación, que incluyen la amistad con Bobbio, la fascinación por Weber y la lectura profusa de Sein und Zeit.

Pero ese mundo se le abre a Negri recién en los años sesenta y setenta, con sus maestros elegidos, Louis Althusser primero (casualmente autor de una obra maestra de la autobiografía: L'avenir dure longtemps) y Giles Deleuze después (en la época con Guattari: la de la papilla abstrusa de El Antiedipo). Bajo el signo spinoziano, Negri será de la partida de aquellos que traducen ser como potencia, una palabra casi sagrada en el vocabulario de la filosofía política del autor de Imperio.

Luego, desafortunadamente, el autor italiano no nos ahorra todas y cada una de las discusiones intestinas de las izquierdas radicales de su época y se despacha con centenares de páginas sobre las minucias y los entretelones de la actividad de sindicatos, estudiantes e intelectuales orgánicos. Anyway. El eje del autobiógrafo se sostiene en tanto es el despliegue de esta vida filosófica, política, sentimental, la que es activa, y es, a la vez, pensamiento en curso, obra en tránsito.

Narrar la vida activa y la contemplativa, como pensar reflexivamente ante al espejo de la historia reinventando el pasado es el momento único del autobiógrafo. En este caso, la prosa libre de Negri ayuda a constituir un placer de lectura para todos aquellos que disfrutan de la aventura de la vida ajena y de la experiencia total.

 

 


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