SANTIAGO LLACH - ENCUESTA TALLERES LITERARIOS
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a-¿Qué le podés aportar a la persona que concurra a tu taller?
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a. Lo que aporto es un espacio para la discusión de textos literarios, propios y ajenos. No se trata sólo de una transmisión aséptica de técnicas, que las hay, sino de ver de qué manera se puede convertir a la literatura en una herramienta de transformación. No ya en una herramienta para transformar la realidad, como soñaban antaño los reaccionarios de hoy, sino en una herramienta para transformarse a uno mismo y a la pequeña comunidad de lectores que uno se construye.
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a-¿Qué le podés aportar a la persona que concurra a tu taller?
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a. Lo que aporto es un espacio para la discusión de textos literarios, propios y ajenos. No se trata sólo de una transmisión aséptica de técnicas, que las hay, sino de ver de qué manera se puede convertir a la literatura en una herramienta de transformación. No ya en una herramienta para transformar la realidad, como soñaban antaño los reaccionarios de hoy, sino en una herramienta para transformarse a uno mismo y a la pequeña comunidad de lectores que uno se construye.
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b-¿Qué mito acerca de los talleres literarios "desmitificás"?
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Confirmo todos los mitos circulantes acerca de los talleres de escritura: son espacios para la pasión y la paideia. Son espacios para soñadores arltianos, todo puede pasar en lugares como ese. Además tienen una tradición venerable; Sócrates fue el primer tallerista, y cobraba en especies: algunos le llevaban gallos y otros le ofrecían servicios.
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b-¿Qué mito acerca de los talleres literarios "desmitificás"?
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Confirmo todos los mitos circulantes acerca de los talleres de escritura: son espacios para la pasión y la paideia. Son espacios para soñadores arltianos, todo puede pasar en lugares como ese. Además tienen una tradición venerable; Sócrates fue el primer tallerista, y cobraba en especies: algunos le llevaban gallos y otros le ofrecían servicios.
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c-¿Participaste en algún taller? ¿Cuáles?
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Fui durante unos meses al taller que a principios de los noventa coordinaban el Ying y el Yang, es decir Arturo Carrera y Daniel G. Helder. Se cocinaron ahí movidas interesantes, conocí a mis futuros rivales en el venenoso mundo literario y una vez descuartizaron un poema mío: cada tallerista se ocupó de un verso. Fue una lección genial.
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c-¿Participaste en algún taller? ¿Cuáles?
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Fui durante unos meses al taller que a principios de los noventa coordinaban el Ying y el Yang, es decir Arturo Carrera y Daniel G. Helder. Se cocinaron ahí movidas interesantes, conocí a mis futuros rivales en el venenoso mundo literario y una vez descuartizaron un poema mío: cada tallerista se ocupó de un verso. Fue una lección genial.
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Datos: Santiago Llach, en mi casa (Talcahuano y Corrientes), tel. 1558957038, mail santiago.llach@gmail.com
Santiago Llach nació en Buenos Aires en 1972. Trabaja como editor y traductor. En 1996 obtuvo el primer premio del Concurso Latinoamericano Diario de Poesía. Entre 1998 y 2008 codirigió el sello Siesta. Fue el finalista argentino del Premio al Joven Emprendedor Editorial otorgado por el British Council (2008).
Publicó cinco libros de poemas: La verdad láctea (1998), La Raza (1998), La causa de la guerra (2001), Aramburu (2008) y Poemas municipales (2009), y una novelita, El día que George Harrison vino a la Argentina (2009).
Santiago Llach nació en Buenos Aires en 1972. Trabaja como editor y traductor. En 1996 obtuvo el primer premio del Concurso Latinoamericano Diario de Poesía. Entre 1998 y 2008 codirigió el sello Siesta. Fue el finalista argentino del Premio al Joven Emprendedor Editorial otorgado por el British Council (2008).
Publicó cinco libros de poemas: La verdad láctea (1998), La Raza (1998), La causa de la guerra (2001), Aramburu (2008) y Poemas municipales (2009), y una novelita, El día que George Harrison vino a la Argentina (2009).
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