LAS HORTENSIAS Y OTROS RELATOS, (de Felisberto Hernández) por Leonardo Vascal

LAS HORTENSIAS Y OTROS RELATOS
de Felisberto Hernández
El cuenco de plata, 2009
por Leonardo Vascal



Felisberto Hernández fue, durante años, un autor de culto. Un poco porque no era muy conocido por muchos, otro poco porque conseguir un libro de él era algo prácticamente imposible. Daba vueltas una edición llamada El cocodrilo y otros cuentos editada por Centro Editor de América Latina, alguna que otra edición de Arca, la editorial Uruguaya, y nada más. Afortunadamente, se dio una coincidencia editorial aplaudida por todos los que estaban deseosos de leer al gran Felisberto: la editorial Eterna Cadencia y El Cuenco de Plata editaron dos volúmenes de cuentos de Felisberto Hernández. El libro editado por El Cuenco de Plata, que es sobre el que vamos a hablar, tiene de movida dos o tres particularidades que valen la pena destacar: la primera de ellas, el texto Carta en mano propia de Julio Cortázar, donde el autor de Rayuela dice cosas como "(...)pero me pregunto si muchos de los que en aquel entonces (y en éste, todavía) te ignoraron o te perdonaron la vida, no eran gentes incapaces de comprender por qué escribías lo que escribías y sobre todo por qué lo escribías así, con el sordo y persistente pedal de la primera persona, de la rememoración obstinada de tantas lúgubres andanzas por pueblos y caminos, de tantos hoteles fríos y descascarados, de salas con públicos ausentes, de billares y clubes sociales y deudas permanentes.(..)" o "(...)Siempre sentí y siempre dije que en Lezama y en vos (y por qué no en Macedonio, y qué hermoso saberlos a todos latinoamericanos) estaban los eleatas de nuestro tiempo, los presocráticos que nada aceptan de las categorías lógicas porque la realidad no tiene nada de lógica, Felisberto, nadie lo supo mejor que vos a la hora de Menos Julia y de La casa inundada.(...)"

La otra particularidad es que en este volumen se publican tres relatos que apenas habían sido reeditados luego de la muerte de su autor: Las Hortensias (60 páginas, casi una nouvelle), El árbol de mamá y Úrsula. Indispensables para entender el universo completo de Felisberto, en estos relatos hay una mirada a la religiosidad y a la sensualidad que no es tan evidente en otros relatos. Tal vez (o con seguridad) por eso fueron"censurados" por los herederos de Hernández.

La última particularidad es el evidente cuidado que puso Edgardo Russo, Director Editorial de El Cuenco de Plata, en editar este libro. Si no hubiera sido por su celo, quizá los tres relatos anteriormente citados aún permanecieran en la gris tierra de la leyenda. Por otro lado, el mismo Russo advierte en la nota editorial del libro que al escoger los relatos, no "obedeció a un criterio cronológico sino más bien tonal, procurando que la antología diera cuenta de los matices de una obre verdaderamente atípica." Y al leer el libro, esto que se aclara es inmediatamente advertido.

Resta decir que los relatos de este libro pertenecen, en su gran mayoría, al terreno de lo fantástico, y que es en este terreno donde mejor se mueve Felisberto. (Destacan El acomodador, El balcón, La mujer parecida a mí, La pelota y Úrsula). La obra de Felisberto es una de la piezas más difíciles de ubicar en ese inmenso rompecabezas que es la Literatura Latinoame-ricana. Hecho que de por sí mismo vale la pena para no demorar más en ir a buscarlo en la librería.

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