LA REVOLUCIÓN ELECTRÓNICA (de William Burroughs) por Federico Barea

LA REVOLUCIÓN ELECTRÓNICA

de William Burroughs

Caja Negra, 2009

por Federico Barea

William Burroughs (1914-1997) publica en 1970 La revolución electrónica. A esta altura ya había tenido problemas con la justicia por su libro El almuerzo desnudo (1959) que cargó con un proceso por pornografía; ya había experimentado con drogas tanto legales como ilegales, no sólo en su país sino también en México, Marruecos y Perú; ya había asesinado a su esposa (acci-dentalmente) y ya era considerado el padre del movimiento beat.

Asociado a la lectura de su nombre aparecen términos como “underground”, “escatológico”, “homosexual”, “contracultura”, “armas”, “obsceno”, “adicción”, “punk”, “satírico”, “vanguardia”, “brutalidad”, “caos”.

La revolución electrónica trae dos ensayos, uno titulado: “retroalimentación de Watergate al jardín del Edén” y uno anterior que da nombre al libro, ambos de carácter, en parte, didáctico. En el primero, Burroughs no duda en afirmar que: “la palabra hablada como la conocemos vino después de la palabra escrita (...) ¿Y qué es la palabra escrita? Mi teoría fundamental es que la palabra escrita fue literalmente un virus que hizo posible la palabra hablada”. Los animales se comunican, pero no pueden escribir. Escribir es “articular el tiempo”, poner a disponibilidad de otros hombres la información a través de la duración, gracias a la escritura (internet lo permite también por medio del espacio).

Este virus alcanzó un estado de simbiosis estable o equilibrio benigno con su huésped, por lo que no es reconocido como tal. Es más, el huésped ve al virus palabra como una parte útil de sí mismo.

¿Cómo empezó todo? “Un virus fue quien alteró la estructura interna de la garganta de ciertos simios que fecundaron a las hembras para dar a luz a los niños prodigio en el jardín del Edén”. Burroughs asegura que liberar al virus palabra puede ser más peligroso que liberar la energía del átomo y nos insta a jugar con grabadores, a empalmar cintas, crear sistemas de montaje de cintas, generar nuevas líneas de asociación. Algo del poder de la palabra se libera con la simple reproducción.

En junio de 1972 se descubrió que agentes del reelecto presidente republicano Richard Nixón tenían grabadores en las oficinas del partido demócrata (edificio Watergate), esto provocó en 1974 la dimisión del presidente. Según Burroughs lo que se hizo con los grabadores del escándalo Watergate fue reproducir en exteriores.

En La revolución electrónica Burroughs juega irónicamente con las posibilidades de la reproducción “la gente no sabe dónde lo escuchó pero lo escuchó”. ¿Cómo revertir el poder de los medios masivos de comunicación? “El control de los medios masivos depende del establecimiento de líneas de asociación. Cuando las líneas son cortadas, las condiciones asociativas se rompen”. Todo esto sin contar los mensajes subliminales y codificados. ¿Cuál es la alternativa según W.B.? Montar una prensa clandestina. Intervenir el circuito comercial de distribución, producción y llegada. Hay que subvertir el poder de la prensa. Para ello nada mejor que utilizar las técnicas de cut-up.

¿Qué es el cut-up? Para contestar utilizaremos parte de una entrevista que Tamara Kamenzain le realizó a William Burroughs, incluida en el final del libro: “yo traté de introducir a través del cut-up el montaje en literatura. Creo que está mucho más cerca de reflejar los hechos de la percepción humana que la mera linealidad. Por ejemplo, si usted sale a la calle ¿qué ve? Ve autos, trozos de gente, ve sus propios pensamientos, todo mezclado y sin linealidad alguna.” La vida es un cut-up. Un palimpsesto. Al utilizar el cut-up, Burroughs intenta que el cuerpo humano y el sistema nervioso empiecen a decodificar de otra manera. Así, el recorte de la realidad construye una alegoría de la realidad. La totalidad es tan abrumadora que no muestra nada. En el recorte se da lugar por fricción a la grieta. Las noticias inundan las mentes cada mañana con información que sólo le interesa al establishment. La manipulación del pensamiento mediante palabras e imágenes. En el cut-up se desgarra la sintaxis de la vida social. La sintaxis del discurso ininterrumpido por parte del orden existente acerca de sí mismo. En este discurso, el reduccionismo se da en los rótulos (homosexualidad, obsceno, caos, etc.) que son un falso cut-up, un recorte reduccionista y no una apertura al sentido.