Sobre Fabulandia

Sobre Fabulandia
por Juan José Burzi


La primera imagen que tenemos del espectáculo es la de dos hombres “sentados” sobre las espaldas de dos mujeres. Los varones están vestidos formalmente, pantalón de vestir, camisa blanca, las mujeres en enagua. Los varones se mueven, se buscan, se retan; las mujeres acompañan contorsionándose según los movi-mientos de ellos. En un momento el cuadro se metamorfosea en un ejercicio de Contact.

Pero no empezamos por el principio. El principio es Querida Elena (Pi y Margall 1124, La Boca) en su totalidad, que parece haber sido un conventillo en otros tiempos. Fabulandia se apropiará de todos los espacios que están a la vista. La obra se desplazará (nada más apropiado, ahora que lo pienso, para una obra de danza) a lo largo de las habitaciones, patios, escaleras del lugar.

En la primera habitación se pudo apreciar la escena ya contada, en la segunda y tercera habitación se desarrollaron dos escenas, una con cuatro mujeres y otra con cuatro varones, en forma simultánea. El espectador debía elegir o alternar, ya que había pocos espacios desde donde apreciar ambas a la vez. El espectador tienen un papel activo, “arma” su propia obra. En estas escenas, se preparan para el baile, para la fiesta, para el tango. El recorrido sigue en otra habitación que vemos en forma parcial, con un espacio vacío de por medio, una especie de fosa que separa al público itinerante y a los bailarines. Y luego también hay bailarines en la fosa, aprovechan la geografía acotada de unos pocos metros, como también sucede unos pasos más adelante, en unas escaleras de material, angostas, gastadas, donde otros dos bailarines despliegan talento y desafían las leyes de la gravedad con algunos pasos y quebradas que están al límite. En ambas situaciones, además de la calidad de los bailarines, se aprecia el trabajo de coreografía y dirección de Fabulandia, un placer visual.

Finalmente, previo baile en un patio interior, ingresamos a una sala con asientos y escenario, una propuesta final más tradicional. En ese espacio se cruzan todas las historias y parejas que vimos antes. Difícil hablar de si se destaca algún bailarín más que otro, dado que todos tuvieron su momento para lucirse y todos lo hicieron bien. Las coreografías están impecablemente articuladas, así como también las situaciones narradas con los cuerpos, los pasos de baile, las miradas.

Para redondear esta experiencia, vale destacar que el audio de los tangos que acompañan las escenas suenan más que apropiados para lo que vemos y lo que sentimos en Querida Elena; donde baile, espacio y música nos transportan a un mundo que pasó hace décadas, pero que en ese momento sentimos próximo y real.
(Foto: Angie González)

Fabulandia
Viernes 21.45 hs
Querida Elena, Pi y Margall 1124 (Capital federal)

1 comentario:

Valeria dijo...

PArece interesante, lástima que vivo en el interior y sin planes inmediatos de viajar a Buenos Aires... Estas son las cosas que se extrañan de vivir allá...

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