LOS EVENTUALES
Los eventuales y Torrente son las dos novelas que compartieron el 1º Premio del Festival Iberoamericano de Nueva Narrativa 2010 y han sido publicadas por Gruposiete Contenidos en un único libro que puede abordarse por cualquiera de las dos tapas. Y quizá eso sea lo único que tienen en común. Porque mientras que Torrente es un relato que intenta reproducir la oralidad de un protagonista muy freaki que da cuenta de su historia y de la saga de su familia, y en el que por debajo de un humor negro intencionalmente revulsivo el lector olfatea cierta revisita irónica a los Buendía, Los eventuales es un texto absolutamente original. Construída a través del diálogo entre dos voces, una que pregunta y otra que explica, dos voces que se instalan más allá del tiempo y del espacio –más allá o más acá de la existencia, y es que el lugar de la enunciación de este texto implica una ruptura ontológica que da para todo tipo de debates– la novela nos trae la vida de Ariana, una vida en la que los conflictos amorosos y sus vericuetos resultan parecidos a los de cualquier neurótico que anda suelto por ahí. Como nos pasa a todos, Ariana convive con su Mr Hyde. Y el Mr Hyde de Ariana se llama La Polaca. Pero Los eventuales es mucho más que un relato costumbrista atrapante de por sí. Es un texto plagado de intertextualidades, desafíos al discurso del arte y chistes semióticos; una fuente de máximas para recordar (“el enigma de lo que nos gusta verdaderamente del otro sólo lo resolvemos cuando ya no nos gusta”, “el amor es siempre contemporáneo”, “nadie escapa al destino de ser eventual”); un continuo de sentido en el que el lector puede encontrarse tanto con un melodrama de la época colonial como con una vuelta de tuerca a La Zona de Tarkovsky. Y todo fluye, todo resulta ingenioso, todo ayuda a construir la cosmovisión que Ulises Cremonte ha decidido compartir con sus lectores, como sucede con las grandes novelas.
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