EL ANIMAL SOBRE LA PIEDRA (de Daniela Tarazona), por Damián Lorenzo

EL ANIMAL SOBRE LA PIEDRA

de Daniela Tarazona

Entropía, 2011

por Damián Lorenzo



Ya al inicio de El animal sobre la piedra, Daniela Tarazona (México, 1975) nos toma por sorpresa y nos introduce en su particular mundo: “Mi casa fue el territorio de un suceso extraordinario. Después de la muerte de mi madre un gato de color gris entró a mi cuarto y orinó bajo mi cama.”

De ahí en más, la novela (o más bien nouvelle, 103 páginas que se leen casi de una sentada) tomará el rumbo de lo fantástico, que se hace presente con la transformación física que irá sufriendo la protagonista a lo largo del libro. Es que luego de la muerte de su madre, Irma (así se llama la protagonista) busca la soledad y curar sus heridas en una playa alejada. Sus sentimientos de angustia y dolor se irán matizando con la vitalidad que le proveen estos cambios. Un hombre y un oso hormiguero (particular mascota) serán los únicos testigos de estos cambios. Cambios que se hacen más que patentes cuando luego de una siesta encuentra a su lado el pellejo fino de lo que antes había sido su cuerpo. Al mudar de piel, la metamorfosis se acelera sin detenerse nunca.

¿En qué termina este delirio? Se puede contar, sin temor a arruinar ningún final, que la metamorfosis (palabra que evoca al cuento de Kafka, de quien ya hablaremos) se orienta hacia una forma de reptil.

Otro dato para tener en cuenta y para encuadrar a esta autora: hay una cita de Clarice Lispector al inicio del libro, y esa influencia se nota a lo largo de la novela. Ya sea en su estructura, fragmentaria, como en los raptos poéticos de la narración, que los tiene en varios momentos.

Pero se nombró a Kafka. Inevitable leer El animal sobre la piedra sin remitirse a Kafka y La Metamorfosis y a otros de sus personajes “animalados”. Tarazona narra el antes del cambio, mientras que Kafka lo hace a partir del cambio. Jamás sabremos cómo fue el proceso del cambio de Gregorio Samsa (cómo le crecieron las patas, como se le formó el caparazón, cómo le desaparecieron los brazos…); con Tarazona no sucede eso. Tampoco sabemos, al finalizar el libro, si fue todo un sueño, un delirio esquizofrénico o “realidad”.

Publicada en México en 2008, El animal sobre la piedra es la primera novela de la autora, agradable sorpresa editorial traída a la Argentina por Editorial Entropía. Habrá que estar atento a sus próximos libros, con la esperanza de que no se discontinúe su publicación en Argentina.

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