Mucho se ha dicho, y se seguirá diciendo, del alcoholismo de Dashiell Hammett, de la marca espiritual que heredó de dos guerras mundiales (trauma de su generación, la "generación perdida") y de la caza de brujas de la que fue sospechoso, de sus curritos temporales múltiples en los inicios y de su trabajo de sabueso profesional (véase la película El hombre de Chinatown, de Win Wenders). Mucho se ha dicho y se dirá, pero en definitiva, quedan sus novelas y cuentos.
Sus primeros relatos, que datan de 1922, salen en revistas populares como 'Smart Set' y 'Black Mask', en los que aparece enseguida el Agente de la Continental (de hecho, las dos primeras novelas con este protagonista son una fusión de relatos por entregas). En la presente antología, que como anuncia su título abarca todos los casos de Sam Spade, se ha añadido a la famosa novela que protagoniza (El halcón maltés) tres cuentos, Demasiados han vivido, Sólo pueden colgarte una vez y Un tal Samuel Spade.
A decir verdad, a pesar de que algunos de estos relatos eran difíciles de conseguir y de que entran en el nivel general de la obra de Hammett, ninguno de ellos está a la altura de El halcón maltés. (La comparación, aunque injusta, es pertinente: se hace porque en todas estas ficciones su protagonista es el detective Sam Spade. Y es injusta dado que El halcón maltés es, tal vez, la mejor novela de Hammett, seguida de Cosecha Roja y La llave de cristal)
Recordemos que la trama de El Halcón maltés consiste en la llegada de una mujer muy bella a la oficina de Spade y su compañero Archer, solicitando los servicios de los detectives. Lo que ella les pide es alejar a un hombre que la viene persiguiendo y acosando desde que salió del lejano Oriente en dirección a América. Ambos aceptan el caso pero pronto hay dos asesinatos (el del hombre que acosaba a la señorita –Thursby-, y el de Archer) que desencadenan el misterio y el desarrollo de los hechos para resolver el enigma, del que se encargará Spade, llegando, como todo buen lector de policiales espera, a un sorprendente final.
Famosa por haber sido interpretada por un joven Humphrey Bogart (Samuel Spade tenía una mandíbula larga y huesuda, con la barbilla en forma de V, debajo de otra V, la de la boca, ésta más flexible. Las aletas de la nariz retrocedían ligeramente formando, a su vez, otra V más pequeña. Los ojos, de un gris pálido, eran horizontales, así era descripto el personaje por Hammett.), esta novela está llamada a trascender a su autor y al resto de su obra, y en esta edición, el resto de los relatos reunidos funcionan entonces como una correcta constelación que giran y giran alrededor de ese gran planeta.
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