de Juan Guinot
Editorial Talentura, 2012
por Nicolás Correa
Malvinas no terminó. Juan Guinot lo demuestra en 2022: La guerra del gallo, su primera novela, donde delata que la guerra de Malvinas no terminó, tómese acaso como sutil referencia los conflictos que se suceden alrededor de las islas en el presente, y el autor, con una percepción sensible nos demuestra los efectos de una huella social a través de Masi, el heróico personaje ex no combatiente de la novela.
Masi es una crítica viviente.
Es la proyección de algo que no pudo ser, ya que nunca es llamado a pelear por la patriótica cuestión. Masi es un personaje crítico por sí mismo: de un ideal inventado, de un territorio que fue cortina de humo a los negocios de un régimen dictatorial que se caía por todas partes. Masi es la llaga de la guerra, entra perfectamente en el discurso cotidiano del ex combatiente que quedó loco por haber ido a la guerra, aunque en el texto, el personaje es todo proyección, pero es válido que entre en la idea de que los ex combatientes no tienen un lugar dentro de la vida diaria, como si habitaran una suerte de espacio indefinido entre la vida y la muerte.
Amplío: Masi no sólo es una crítica viviente.
La guerra del gallo propone, sí que propone: plantea el delirio y la superlativización de la realidad que vivieron muchos argentinos, aunque Guinot sabe contar una historia profunda, fuerte, a partir del nodo dramático que fue la guerra, y aquí su máxima y verdadera proeza literaria: no se instala en un relato, tal vez ya escuchado en otros autores. Parte desde allí, sólo para hacer pie y desplegar una imaginería potente que nos transportará en el tiempo y nos depositará en el loco, pero héroe al fin. El héroe del que no podemos dejar de enamorarnos página a página.
Y héroe que no sólo se propone liberar Malvinas, sino que aumenta su capacidad heróica y se embarca en la misión libertaria, no conquistadora, aclaración que no está demás hacer, del Peñón de Gibraltar.
2022: La guerra del gallo es una propuesta sólida que toma la realidad para ser adaptada a la imaginación y a la ironía más original. Masi, nuestro héroe, porque al fin y al cabo debemos hacernos cargo de la hermandad, es el encargado de levantar la bandera libertaria, a modo de nuevo Quijote.
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