de Florencia del Campo
Acuático, 2013
por Juan José Burzi
La autora de Novela roja entabla un pacto con el lector
desde sus primeras páginas: la trama será honesta, lineal, sin trucos. Y no
aburrirá.
Y si bien todo eso va en gustos y opiniones, se puede afirmar
que Florencia del Campo cumple con su promesa. Novela roja es la historia de
Frida, una joven con problemas, en esencia relacionados con el amor, que acude
al psicoanálisis como posible forma de “cura”. Asistimos, como lectores, a sus
sesiones de análisis, comentadas por la misma protagonista y escritas en
diálogo. Ese riesgo que asume la autora ayuda a que la novela se lea con
facilidad, que sea ágil y a que el lector se identifique (o deteste, que
llegado el caso sería lo mismo) a Frida.
Los nombres de los diferentes hombres en la vida de Frida se
entremezclan en sus sesiones; está su pareja oficial, su amante, su nuevo
amante, recuerdos y fantasías. Contar las diferentes historias tras cada
relación, sería contar el libro, que básicamente está conformado por ellas.
En épocas de literatura para chicas (o “chick lit”), Novela
roja en apariencia entra en ese rango, pero solo en apariencia. Porque debajo
de las sesiones de Frida, donde cuenta situaciones con las cuales puede
identificarse cualquier mujer (y los hombres podemos espiar, a quién no le da curiosidad-
y perplejidad- saber cómo piensa y qué quiere una mujer), hay otras cuestiones,
más sórdidas, más complicadas: la fantasía incestuosa de Frida, una relación un
tanto equívoca con una tía, que nunca llega a aclararse del todo, su
eterna insatisfacción con los hombres...
Hacia el final de la novela llegan las despedidas, un tono
de nostalgia empaña todo, y como lector también nos despedimos, en cierta
forma, de ese personaje del cual supimos todo y a la vez nada. Y, a riesgo de
arruinar una sorpresa, me tomo la libertad de comentar que hay una última
vuelta de tuerca en las páginas finales, que hace repensar toda la novela desde
otro punto de vista. Como si la historia de Frida, su vida y sus problemas no
fuera más que una pieza de un rompecabezas gigantes que es la realidad. Que si
nos ponemos a pensar, es lo que sucede con la vida de los demás, y con la
nuestra.
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