ABANDERADOS POR EL SISTEMA, por Maximiliano Guzmán

ABANDERADOS POR EL SISTEMA o ¿Por qué hay novelas que se publican, venden, traducen y se llevan al cine y otras que no?
por Maximiliano Guzmán


Robert Taylor expuso en Primitive Culture en 1871 que La cultura o civilización, tomada en su sentido etnográfico amplio, es ese todo complejo que incluye conocimientos, creencias, arte, moral, costumbres, y todas las demás capacidades y hábitos adquiridos por el hombre como miembro de una sociedad.
De esta manera, utilizando esta base podemos preguntarnos ¿Por qué hay novelas que se publican, venden, traducen y se llevan al cine y otras no?
La sociedad es la fuente donde la literatura se yergue y se inspira. Esta misma sociedad es al mismo tiempo quien consume esta literatura para de manera reciproca, preguntarse, analizarse, confrontarse y someterse al lenguaje y a las ideas para interpretarse en el mundo.
La literatura fue siempre un puente para la educación, el pensamiento crítico y la libertad de la imaginación. Por eso su poder dentro de la sociedad abarca ya siglos. Con la literatura aprendemos a pensar, a debatir, a contemplar. Desde su belleza estética en el lenguaje hasta las preguntas más complejas del cosmos, todo se ha escrito para entregarnos información y potenciar nuestra individualidad, tanto así como nuestro poder de empatía hacia los demás.
Una novela, un cuento, un tratado, un informe, artículo o tesis siempre se encuentran a disposición del lector salvaje buscando conocimiento, sentimientos y entretenimiento.
Pero… ¿Qué hace a un libro mejor que otro en términos de ventas?
Siempre oímos que para gustos no hay nada escrito. Siempre oímos que cada lector es un mundo.
¿Pero si esos lectores y sus gustos fuesen influenciados por algo muchísimo más grande de lo que creen? ¿Y si dijéramos que el sistema político sociocultural es quien rige verdaderamente las normas de ventas?
Por eso es por lo que nos encontramos con novelas “Ideales” para una época o una década.
Novelas que rompen con lo establecido o lo esperado, que se convierten en Best Sellers instantáneos.
¿Esa novela que ha hecho furor en las librerías, fue furor por su calidad estética, su prosa cuidada y refinada o por que llevaba en su trama un mensaje político, social o cultural conveniente a la época? (Pueden ser ambas también)
A veces sucede que la novela gana prestigio por su propio peso literario y otras, una serie de pequeños eventos bajo la sombra se imponen para que dicha obra sea catalogada, comprada y vanagloriada por críticos, libreros y lectores.
Para que estos eventos afortunados se pongan en juego podemos separarlos estrictamente en su influencia social en las masas.
Se dice que la literatura no solo representa la identidad cultural de la comunidad, sino que también forja una identidad dentro de las instituciones y la sociedad.
A nivel internacional tenemos casos paradigmáticos como La Cabaña del Tío Tom de la autora Harriet Beecher Stowe, una historia sobre esclavitud y racismo que poco tiempo después se vio contemporánea a la Guerra Civil que se desataría entre 1861 y 1865 en Estados Unidos donde algunos historiadores afirman que Lincoln habló con la autora dándole a entender que con su libro se dio inicio la guerra entre los bandos. (No podemos confirmar que hayan hablado, véase como una nota de color). Hoy en día se considera este libro como racista por sectores progresistas, mientras que en contrapartida tenemos a Beloved de Toni Morrison publicado en 1987 (Ganadora del Pulitzer y del Nobel de Literatura). En el mismo, una esclava escapa a Ohio, un estado libre, durante la guerra de Secesión, convirtiéndose en un Best Seller y tomando partida por los derechos de los Afroamericanos en Estados Unidos.
Y aquí es cuando empezamos a develar la trama…
La literatura en su función artística nos entrega belleza, deleite e imaginación, pero llevado a lo político y social, nos invita a confrontar y confrontarnos con nuestras ideas preconcebidas o a mantener el camino ideológico que ya tenemos históricamente.
En esto es donde debemos establecer patrones en los libros que se publican y se publicitan con énfasis en diarios, televisión y redes sociales.
Y es en un mundo cambiante de halcones y palomas que tenemos libros como Lolita de Vladimir Nabokov que hoy por los nuevos paradigmas sociales sería muy difícil de publicar. Y del mismo modo tenemos libros como El libro Troll de Rubius (Un Youtuber) de dudosa calidad que es muy vendido y nadie pide explicaciones al respecto sobre su contenido. Por esto mismo, es que hay libros que profesan una ideología, una intención y una finalidad que va dirigido directamente a las masas, sin excepción y establecen e incorporan ideas para el comportamiento social a corto, mediano y largo plazo.
Y es allí donde debemos enfocarnos.
La literatura usa el código de las masas, desde la Alta Literatura a la Popular, siempre se propone llegar a la mayor cantidad de lectores posibles. Siendo este el punto principal para que socialmente se pueda llevar a cabo una maquinaria de ideologías, conceptos y reestructuras propias para la época donde se conciben los libros.
Es así como en una determinada década habrá una ideología o varias ideologías reinantes, luchas y propuestas culturales favoreciendo a un sector o a otro de la sociedad.
Esto se origina desde las profundidades del sistema.
Para cambiar un paradigma solo se necesita un movimiento. Y es en base a estos movimientos sociales y políticos que al ingresar en la literatura favorecen que las masas de lectores cautivos se apropien de ello y formen sectariamente parte del movimiento de turno.
Pero Movimientos no hay solo uno, así como tampoco la cantidad de libros de ficción, no ficción y crónicas que salen a partir de estos son pocos. Tanto en Argentina como en el resto del mundo, las banderas flamean siempre a favor del viento de los poderes gobernantes.
Minorías son mayoría en el ámbito cultural actual.
Y su nacimiento puede provenir de la Escuela de Fráncfort que fue una escuela alemana de Teoría Social y Filosofía Crítica asociada al Instituto de Investigación Social de la Universidad Goethe de Fráncfort donde se llevaban a cabo discusiones critico-ideológicas de las condiciones sociales pretendiendo conceptualizar teóricamente las concepciones sociales y establecer cambios. Estos intelectuales consideraban que la cultura es inseparable de su contexto social, económico y político y que por ello debe estudiarse para obtener resultados dentro del Sistema y de las relaciones sociales que producen. Argumentan, desde la tradición Marxista, y promueven el rechazo a la burguesía, otorgándole el poder para usar como instrumento al Capitalismo y todas sus mediaciones dentro de la cultura.
Es así como desde la Teoría social surgen una serie de elementos que irán penetrando en la cultura de masas, transversalmente confluyendo con las ideologías en avanzada dentro del Establishment, captando a lectores para dirigirse a nuevas formas de lecturas y sometiéndolos a ideologías e ideales que transforman a la sociedad ya conocida.
Y en este sutil muestrario de opciones es que lo “Políticamente correcto” entra como una ficha más al juego, censurando autores, libros y visiones del mundo. Sesgando con violencia las oportunidades de una mayor apertura literaria.

En Argentina tenemos la posibilidad de apreciar en las mesas de novedades de las grandes cadenas de librerías, como en las pequeñas, a autores que con sus obras logran gran repercusión y sus libros se vuelven “hits”, traduciéndose en varios idiomas e incluso llegando al cine o ser series para plataformas de streaming
Pero la suerte de esas novelas parte muchas veces de la premisa de los movimientos sociales que imponen su lucha.
Es así como libros vendidos y aclamados por los lectores, ponen en visibilidad cuentos de “temática social”, donde se nos narra diferentes formas de violencia de género, figurando la lucha de las mujeres que son maltratadas muchas veces hasta la muerte por hombres (al respecto hay que decir que agota el uso y abuso de la persecución a las brujas, la Inquisición, etc). Y esa es una primera bandera de un tema que surge de los movimientos de izquierda a nivel mundial. Y no siendo esta la única rama, tenemos una novela como Las aventuras de China Iron de Gabriela Cabezón Cámara donde un personaje tradicional como El Martín Fierro de José Hernández se trasviste cambiando su ideología y su pensar en un mundo de hombres, concluyendo con las banderas de empoderamiento de la mujer, de la misma manera como Catedrales de Claudia Piñeiro enfatiza en el aborto, lucha que se llevó a cabo hasta la despenalización en Argentina.
Pero no solo de derechos de la mujer y empoderamientos se sirven los poderes para influenciar desde la lectura. Obras como Distancia de Rescate de Samanta Schweblin se toca el tema de los Agrotóxicos, siendo una denuncia liviana pero conveniente para nuevas leyes con respecto al tema; lo mismo para novelas y relatos con temáticas veladas (o no), como el veganismo o la ecología (otro ejemplo: El rey del agua, de Claudia Aboaf).
Al nombrar a estos autores leerá con razón que sus novelas son grandes hits en la narrativa argentina. ¿No se sorprende?
De forma recurrente desde hace muchísimos años, se ha optado en Argentina por una literatura que romantiza la pobreza. En un mundo cada vez más injusto y desigual, la pobreza crece y no solo que los políticos no ayudan a combatirla, sino que una gran cantidad de autores se ha abalanzado a sacar redito de esto.
Leonardo Oyola en Chamamé o Kryptonita nos ofrece un “Interior Profundo” o el conurbano para aventurarnos y sonreírle a la falta de recursos y a las incursiones violentas como parte del pan de cada día. También hay antologías como Conurbe: Cartografía de una experiencia donde no hay estigmas ni piedad. Fundamentados en reconocer las vivencias, una serie de autores despliega su enamoramiento hacia estos límites plagados de dolor y soledad. Pero es suficiente argumentar que, en la política argentina, siempre se necesitó al pobre para que los políticos subsistieran y estos autores se dejan sobornar por una realidad que lamentarían si fuera la de ellos.
Podemos sumar en esta lista a Las Malas de Camila Sosa Villada como opción para encontrarnos con el travestismo y su mundo cruel, aportando a la causa de personajes con vidas duras y con falta de derechos.
Sin alejarnos de Argentina, las novelas sobre la última y desgraciada Dictadura Militar abundan a raudales con remembranzas montoneras siendo este un hecho trágico y dramático para la sociedad en general, por lo que puedo nombrar a El espíritu de mis padres sigue subiendo en la lluvia de Patricio Pron; 76, de Félix Bruzzone; Dos veces Junio, de Martín Kohan, entre otras decenas de novelas y autores, pero me detengo aquí.

Banderas de Feminismo, Ambientalismo, Iglesia vs Estado, Racismo, LGBT+, Veganismo, Indigenismo…son las Banderas de la Izquierda que hoy forman parte de las agendas de los escritores y de las editoriales más ávidas de mantener a sus lectores sectarios capturados mientras desde las sombras al mismo tiempo estos movimientos se financian para cambiar el paradigma y mostrarnos un nuevo mundo.

Discutamos, para finalizar siempre es mejor discutir y pelearnos hasta que ya no queden más que huesos.
¿Seremos capaces de no dejarnos influir por los grandes mercaderes de la sociedad a la hora de elegir un buen libro?

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