ANA MARÍA SHUA
a) ¿Cuál es tu opinión sobre la autoedición o "edición de autor"? ¿Te autoeditaste alguna vez?
No tiene nada de malo auto
editarse, hay que hacerlo con inteligencia para que se note lo menos posible.
Yo me autoedité mi primerísimo primer libro, los poemas de “El sol y yo”,
cuando tenía quince años. Había ganado una modestísima mención en un concurso
del Fondo de las Artes, con un premio que consistía en un préstamo para
publicar. Intenté que me publicara una editorial, creo que se lo llevé a Falbo,
que cobró, me publicó el libro un año después, pero nunca me puso su sello
editorial. La tapa me la diseñó León Herman, tío y artista plástico.
También pagué por la edición de mi primer libro de cuentos, “Los días de
pesca”. El libro salió por Corregidor, pero para mí es una edición de autor,
porque bien que me la cobraron.
b) Cuando
llega a tus manos un libro que es una edición de autor, ¿lo abordás con algún
prejuicio? ¿Nos podés dar algún ejemplo de algún libro autoeditado que
recomiendes?
c)
Fuera de las diferencias que suelen haber en tirada, distribución y prensa,
¿nos darías tu punto de vista de por qué se considera "más seria" una
edición en la que el autor no paga por ser editado? ¿Es tan importante la
figura del editor?
Estas dos preguntas en realidad
son una sola, porque en efecto, miro con sospecha las ediciones de autor… que
parecen ediciones de autor. Hoy hay muchísimas pequeñas editoriales en
las que el autor tiene que contribuir para que le publiquen, muchas son
cooperativas y no hay ningún mal en empezar así: son editoriales que le cobran
al autor pero que no publican cualquier cosa. Por eso no puedo darles ejemplos
de libros autoeditados que recomiende (y los tengo): ni las editoriales ni los
autores quieren que se sepa que hubo un pago de por medio. Pero también
hay otras que simplemente venden el sello a cualquiera que lo pague, ni se
molestan, creo, en leer los textos. No se trata de la importancia que pueda
tener “la figura del editor”, sino de haber pasado por algún tipo de filtro,
por alguna clase de selección. Sospecho, por experiencia y con fundamente, de
las ediciones en que nadie parece haber leído el texto antes de editarlo.
No se pueden imaginar cuánta gente me manda sus horribles escritos convencidos
de que son maravillas que el mundo espera. No hay ningún mal en que se los
autoediten… con tal de que yo no los tenga que leer.
2 comentarios:
Contestamos casi lo mismo, jajá. Beso.
Los leí los primeros. Y pienso lo mismo! Rejuas!
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