por Augusto Munaro
Lamborghini, nos informa la historia, publicó en vida sólo tres libros: El fiord (1969), Sebregondi retrocede (1973) y Poemas (1980), pero le bastó para romper con los canones de la literatura argentina. Tan solo quinientas páginas fueron suficientes para replantear lícitamente, el modo de escribir ficción. No mucho se supo de su vida. Militante peronista, fue miembro de la revista Literal. De personalidad un tanto compleja, llevó una existencia andariega. Falleció en España, a los 45 años de edad, envuelto en un manto de leyenda; siendo un autor marginal y secreto. Tal ha sido el singular destino para quien fue el nexo entre la antigua y la nueva narrativa nacional. Sus días fueron contrastantes, como sus libros.
Esclarecer la imaginación lamborghiniana resulta tan complejo como referirse a su personalidad transgresora. Supo acuñar una escritura paródica, escatológica, irreverente, por momentos risible y explícitamente sexual. Su pluma encarnó una musicalidad narrativa sin parangón. A pesar de ello, sus textos continúan siendo marginales, aunque con mayor recepción con respecto a épocas anteriores. Con la publicación de sus obras completas, editadas y prologadas póstumamente por su amigo y albacea César Aira; la relevancia de sus escritos, se ha ido desplazando desde los márgenes hacia el centro de la literatura argentina. El interés hacia su mítica figura se catapultó en el último lustro tras el surgimiento de una importante colección de ensayos críticos; textos que lo consagraron como el escritor que más influyó en las nuevas generaciones de narradores nacionales. Desde entonces, su figura no ha hecho más que crecer y anonadar.
-¿Cómo surgió la posibilidad de realizar un proyecto tan singular, como resulta esta exhaustiva biografía?, ¿qué intentaste principalmente alcanzar con ella?
-La escritura propiamente dicha del libro me llevó tres años febriles. Hubo después muchos retoques, correcciones, etc.
-¿Por qué creés que el género biográfico ha sido tan pobremente abordado en la historia literaria argentina?, ¿cuáles creés que sean las razones de este fenómeno deficitario?
-No sería elegante de mi parte —y probablemente tampoco sería justo— dar por cierta la aseveración implícita en su pregunta. En cualquier caso, no tengo mal recuerdo de la biografía de Arlt de Silvia Saíta y entre mis lecturas próximas figura la biografía de Walsh de Eduardo Jozami. Quizás su juicio desalentador se refiera a algunos trabajos donde el sesgo periodístico y cierta premura en dar a conocer el libro han conspirado contra proyectos que merecían más paciencia. Por fin: la breve biografía que César Aira escribió de Alejandra Pizarnik es una pequeña obra maestra.
-Según tu criterio, ¿qué preguntas debería responder una biografía ideal?
-Se me ocurren éstas: 1) ¿Cómo era una persona que escribía así?; 2) ¿por qué escribía así?; 3) ¿qué contexto —familiar, social, cultural, económico, etc.— sirvió de marco al nacimiento de esa voz, de ese estilo? 4) En algunos casos —Lamborghini es uno—, ¿qué contextos es necesario reponer para entender las alusiones que los textos hacen cuando se muestran —o se fingen, da lo mismo— autoreferenciales?
-¿Tuviste algún impedimento a lo largo de la investigación que puso en peligro su concreción?
-Impedimentos, no, al contrario: he contraído una inmensa deuda de gratitud con decenas de personas, sin cuya generosidad el trabajo no hubiera sido posible. Dificultades, sí: nuestros archivos públicos (la Biblioteca Nacional, por ejemplo), mucho no ayudan, es cierto. Y ya que estamos: recientemente, mi editor (un editor independiente y esforzado) me sugirió que presentase el libro en una especie de concurso (o licitación) llamado por el gobierno de la Ciudad de Buenos Aires para otorgar subsidios destinados, precisamente, a la publicación de libros. Pero no tuve suerte. Me dicen que uno de los miembros del jurado, que, casualmente, acaba de publicar un artículo sobre Lamborghini donde el resentimiento aparece bajo las formas de la negligencia (o viceversa), se opuso al otorgamiento del subsidio con un argumento algo extraño: “¡No puede ser —me dicen que dijo—, ni Borges tiene una biografía de mil páginas!”. Curiosamente, es de Borges el intertexto que me viene a la memoria para entender esta oposición. Se trata del cuento El soborno, incluido en El libro de arena. Borges lo definió así: “Siempre me ha sorprendido la obsesión ética de los americanos del Norte. El soborno quiere reflejar ese rasgo”. Nosotros no tenemos ninguna obsesión ética, ya se sabe. A pesar de todo, el libro ya está en la imprenta. Sin subsidio.
-Con respecto a la figura del biografiado. ¿Fue Osvaldo Lamborghini un “escritor maldito”?, ¿se mantuvo deliberadamente al margen de la cultura oficial, o es esto también producto de un mito?
-Nadie deseó más que Lamborghini acceder a la publicación, las reseñas, los premios, las entrevistas, el mercado en suma. Que pretendiera eso con una obra como la de él es otra cuestión, paradójica si se quiere. En una carta a sus amigos Tamara Kamenzsain y Héctor Libertella, sin asomo de ironía ni jarana, se confesaba así: “Si hay algo que me gusta en esta pícara vida es publicar”
-No obstante, publicó poco. ¿A qué se debió?
-Fundamentalmente a que, si se exceptúan sus últimos años, escribía poco. El 80% de su obra, si no más, la escribió entre 1983, momento en que se instaló definitivamente en Barcelona, 1985, año de su muerte. Y en ese momento ya no le interesaba publicar, quizás porque ya había entendido que a esa obra, por su carácter fragmentario o discontinuo, le convenía la edición póstuma.
-¿Cómo hiciste para conservar un estilo impasible a lo largo de 1200 páginas, más aún, teniendo en cuenta el estilo particular del biografiado? ¿Cuán conciente fuiste de ello?
-Su pregunta me hace pensar en algo que no me había planteado nunca: ¿cómo actúa el estilo del biografiado sobre el del biógrafo? No lo sé, realmente. En cualquier caso, me costó empezar a escribir el libro pero una vez que encontré el tono avancé con mucha naturalidad (y velocidad).
-¿Fue necesaria una reescritura?
-Si no sonara presuntuoso le diría que no reescribí nada, aunque sí fueron necesarios muchos retoques.
-Si bien esto lo define el lector, no obstante, ¿creés que la publicación de esta biografía ayudará a mistificar o desmitificar aún más la figura del autor de El fiord?
-Creo que, en la medida que el libro repone, como dije antes, diversos contextos, erosiona el mito. Tal vez para construir otro mito podría decir usted. Sea.
-¿Cómo explicás este brote de “lamborghinofilia”, que se viene impulsando a través de una proliferación de trabajos recientes?, ¿es una mera maniobra marketinera?
-No sé qué decirle del “brote”, si es que lo hay. Yo empecé este libro en el milenio pasado y ya entonces cualquiera que supiera lo que le convenía tenía bien leído a Lamborghini. Quizás ahora esa obra tenga nuevo lectores pero yo lo ligaría más con una cuestión generacional (nuevas generaciones de lectores) que con una moda o “brote”.
-¿Cuál creés usted que sea el valor literario de la obra de Osvaldo Lamborghini?
-En cuanto al valor literario de esa obra no vacilo en definirlo como supremo. Creo que el tiempo terminará de colocarla como central en el sistema de nuestra literatura pero, como usted señala (si bien bajo la sospecha de “brote” o “maniobra marketinera”), las cosas, de a poco, se van poniendo en su lugar.
-¿Fue el mayor heredero de Arlt y Gombrowicz?
-Si bien el concepto de “heredero” es un poco fuerte —y ambiguo a la vez— los nombres de Arlt y Gombrowicz deben sin dudas traerse a colación. Pero también, y principalmente diría yo, los de Macedonio Fernández y José Hernández. Y el de Borges, por supuesto.
-Una fusión entre metafísica y gauchesca, ¿lo culto y popular?
-Si usted no lo toma a mal, dejo ese tipo de enfoques para los académicos.
-¿Te sentís conforme con los resultados de esta biografía?
-Estoy conforme con lo que escribí. El tiempo y las lecturas dirán si hago bien.
-¿Sentís que Osvaldo Lamborghini te influyó de alguna forma?
-No más que a cualquiera que se tope con las delicias de ese estilo.
.
.
3 comentarios:
Hola Ricardo Strafacce soy Gastón Español Licenciado y Profesor en Letras UBA estudiante de cuarto año de abogacia derecho y bailarin de tango, vals, milonga y rock and roll, saludos y recuerdos del eter-nauta, chau !!!
Hola Ricardo Strafacce te escribe saluda y recuerda con afecto y digamos admiración (?!) Gastón Español Licenciado y Profesor en Letras UBA estudiante de cuarto año de Abogacia Derecho (ya ves que sigo tus pasos ...) y bailarin de Tango (aca no sigo tus pasos sino los mios propios), recuerdos del eter-etre-nauta. Chau y exitos rotundos. pd saludos a oswald spenglerini !!!
Hola Ricki ahora estoy en 5to de abogacia y solo me falta rendir dcho administrativo chau !
Publicar un comentario